lunes, noviembre 26, 2007

Artículo El Occidental, 26/11/2007

Sobre el documental Fraude: México 2006 y la censura

Jorge Gómez Naredo

El documental Fraude: México 2006, del reconocido cineasta mexicano Luis Mandoki, ha sufrido varias embestidas; en un primer momento, para impedir que se terminara y se exhibiera en salas comerciales y, después, para lograr que su permanencia en las mismas sea lo más corta posible. Los ataques han venido de varias empresas relacionadas con la distribución de cintas cinematográficas, con los medios de comunicación tradicionales (varias radiodifusoras y televisoras) y con los exhibidores de películas. Pero no solamente eso: muchos “analistas políticos”, “comunicadores” o simples presentadores de noticias se han fijado como uno de sus principales objetivos desprestigiar la cinta. Por ejemplo, Ciro Gómez Leyva, quien no hace mucho tiempo tenía fama de ecuánime y hasta cierto punto era un moderado crítico del poder (cosa que ha cambiado por un servilismo excesivo hacia los potentados y por mentir sistemáticamente), ha dicho que el documental de Mandoki es propagandístico, además de propinar una andanada de descalificaciones al director de la cinta, a López Obrador y a todos sus seguidores.

Sin embargo, lo único que ha demostrado esta exagerada ofensiva al documental de Luis Mandoki es el miedo que los de arriba (los que idearon y consumaron el fraude electoral de 2006) sienten hacia la verdad. Las principales cadenas de exhibición cinematográfica han buscado por todos los medios posibles que Fraude: México 2006 salga lo más pronto de sus carteleras, aunque las entradas sean buenas y sea ya uno de los documentales mexicanos más vistos en la historia del cine nacional. Desde el poder ejecutivo se ha iniciado, también, una estrategia para buscar que las personas no acudan al cine a ver la cinta: han mandado cientos de correos electrónicos diciendo que el documental (¡vaya sandez!) fue financiado por un ser demoníaco: Hugo Chávez.

Esta censura de facto al filme Fraude: México 2006 contradice lo que en el discurso Felipe Calderón ensalza: la libertad de expresión. En una alocución el pasado jueves, quien ganó la presidencia gracias a un fraude electoral ha dicho, en el marco del Acuerdo Nacional por una Comunicación de Calidad (ideado por la Asociación a Favor de lo Mejor, que preside nada más y nada menos que Lorenzo Servitje, presidente del monopolio llamado Bimbo), que México “vive una democracia sólida en la cual la libertad de expresión es una premisa y una realidad cotidiana. Mi Gobierno tiene el firme compromiso de garantizar y promover la libertad de todas las formas de expresión de la sociedad y así lo ha hecho”. Vaya manera de ser cínico e hipócrita: quien llegó a la presidencia a través de una defraudación electoral, de campañas de mentiras, miedo y desprestigio, aduce que en el país existe una firme democracia y que la libertad de expresión se respeta. Y eso lo dice él, que no puede aparecer en ningún lugar sin medidas de seguridad extremas porque cientos de personas le recuerdan, siempre, que es un presidente ilegítimo, espurio.

El cinismo es verdaderamente elocuente: habla Calderón de libertad de expresión cuando un documental ha sufrido infinidad de impedimentos para llevarse a las pantallas comerciales no porque no sea negocio o porque la gente no acuda a ver el filme, sino porque lo que se expone en él es incómodo para el poder ejecutivo constituido a partir de unas elecciones fraudulentas. La censura existe, se da, de ello no cabe la menor duda. Y se da con el apoyo de los grandes consorcios mediáticos, que impiden que muchas cosas se publiquen, se digan o se vean. El movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador ha sufrido esto en carne propia, pues se ha instaurado un cerco informativo. Y siempre que se habla del lopezobradorismo es para desprestigiarlo. Por ejemplo, un acontecimiento nimio, como la entrada a la catedral metropolitana de personas que se dijeron simpatizantes de AMLO, ha llenado las páginas de los diarios, las voces en las radios y las imágenes en la televisión, y todo para decir: “miren, las huestes de López Obrador son violentas”.

La libertad de expresión no se da en México porque simple y llanamente no todos los mexicanos tienen acceso a los grandes medios de comunicación, y si alguien busca establecer uno para decir lo que realmente piensa, siempre hay impedimentos. Tan es así que una película (alrededor de 100 minutos) sobre lo que sucedió en las elecciones presidenciales de 2006, ha sufrido una censura inmensa y constante. Por eso el discurso de Calderón resulta una verdadera burla a la inteligencia y representa nítidamente el cinismo y la hipocresía.

Artículo La Jornada Jalisco, 25/11/2007

Felipe Calderón en la FIL

Jorge Gómez Naredo

Felipe Calderón, ayer, inauguró la Feria Internacional del Libro (FIL) en la ciudad de Guadalajara. Y ayer, también, se le volvió a recordar que no es presidente legítimo de México, que llegó al ejecutivo federal a través de un fraude electoral y que, aunque Jalisco sea conceptuado como un Estado conservador y panista, hay oposición hacia su persona, hacia lo que representa: la usurpación.

La entrada a la Expo Guadalajara era restringida. Al salón donde sería inaugurada la Feria se accedía solamente a través de invitación personal. Había vallas afuera y adentro, policías afuera y adentro, miembros del Estado Mayor Presidencial (EMP) afuera y adentro: un búnker, pues. Las puertas se cerraron antes de las once de la mañana y los que entraron, entraron y los que no, a esperar: aunque se tuviera gafete o invitación. La explanada estaba también cercada. Atrás de las vallas, una treintena de manifestantes mostraba cartulinas donde se podían leer “espurio”, “pelele”, “Fecal” y otros calificativos más, todos dirigidos a quien hoy se ostenta como presidente de México. Parecía que no habría sobresaltos ni ningún incidente y que el operativo para “cuidar” al presidente sería todo un éxito. Pero no fue así.

Pasadas las once de la mañana, Felipe Calderón hizo su arribo a la Expo Guadalajara fuertemente custodiado. Atrás de la valla que se había puesto para que nadie accediera al salón donde sería la inauguración de la FIL, varios gritos se comenzaron a escuchar. Calderón caminaba mientras los “espurio” y “pelele” arreciaban. Varias voces, especialmente de mujeres, no se acallaban. Pasó Calderón rápido, huidizo, sin voltear y continuaron los “espurios” y “peleles” en varias gargantas. Calderón entró. Todos saludaron, los que pudieron, pues el Estado Mayor Presidencial los resguardaba. Adentro parecía que todo estaría a salvo y que las consignas en contra no se oirían. Los perredistas que asistieron al evento (la élite del PRD estatal) estaban bien portaditos, muy educados. Sí, una izquierda moderna y moderada, digna del México del siglo XXI, del México del PAN. Ahí estaba Gabino Berumen, presidente del partido del sol Azteca en Jalisco; Enrique Alfaro Ramírez y Carlos Orozco Santillán, ambos diputados locales. Todos muy bien portados. No fueran a decirles revoltosos o renegados: ¡qué horror!

Hubo saludos adentro de la sala y también hubo silencio, sí, todo en silencio, un pequeño murmullo a lo mucho. Y cuando estaba por sentarse Calderón, una joven llamada Edén Covarrubias se levantó y gritó “Eres un presidente espurio, Felipe”; trató de explicar que Calderón no era presidente de México, que hizo fraude para llegar al ejecutivo federal; quería que lo supieran todos, especialmente quienes venían de Colombia, país invitado a la FIL. Llegaron elementos del EMP y la joven fue retirada.

Ha pasado más de un año de las elecciones presidenciales de julio de 2006, más de once meses de la controvertida toma de posesión de Felipe Calderón como presidente de México y la inconformidad continúa. No solamente en la ciudad de México, que podría considerarse un bastión lopezobradorista, sino también en otros estados de la república: la resistencia persiste y Calderón no puede dejar atrás el fantasma de la ilegitimidad. A donde quiera que vaya lo acompañan vallas, cercos, patrullas y cientos de elementos del EMP para que no oiga, para que no vea, para que no sienta el repudio popular y, aún así, lo escucha, lo observa, lo experimenta.

También persiste la división social, pero no entre quienes apoyan a Felipe Calderón y quienes lo repudian, sino entre quienes creen y siguen a Andrés Manuel López Obrador y quienes lo detestan. Una división social que impide tener un país armónico, aunque en la televisión miles de espots digan que México está unido. ¡Falacia! No puede existir unidad cuando quien dirige las riendas de la nación es repudiado por amplios sectores de la sociedad y no consigue salir a la calle libremente porque, siempre, hay alguien que le recuerde que es “espurio”, “ilegítimo” y “pelele”.

Afuera de la Expo Guadalajara los manifestantes continuaban gritando “Es un honor estar con Obrador”; decenas de expositores y periodistas (nacionales y extranjeros) se hacían de palabras con miembros del EMP: no podían ingresar, pues había que esperar que el “democrático” (y defensor de la libertad de expresión) presidente de México, abandonara la FIL para que la gente pudiera ingresar. ¡Vaya manera de demostrar que vivimos en un estado de derecho donde hay libertades de tránsito y de decir lo que se quiera y piense! Afuera, también, una persona cuestionaban a otra: “¿habrá visto Felipe Calderón el documental de Luis Mandoki, Fraude: México 2006?”, a lo cual alguien respondió: “pues claro, por eso tiene tanto miedo hoy”.

viernes, noviembre 23, 2007

Artículos y crónicas

Publicado en La Jornada Jalisco, el 18 de noviembre de 2007

Libros sobre sexualidad: ¿quién gobierna verdaderamente Jalisco?

Jorge Gómez Naredo

No es un misterio que Emilio González Márquez, desde que inició su gestión como gobernador de Jalisco, ha regido con apoyo de la arquidiócesis tapatía y, en especial, con la venia y el respaldo del cardenal Juan Sandoval Íñiguez. Se les ha visto a estos dos personajes en comilonas, en rezos y misas, charlando, con carcajadas a borbotones; siempre están al tanto de lo que uno hace y de lo que el otro deja de hacer. Ha habido una relación estrecha y la pregunta que se debe realizar es: “¿quién en realidad está gobernando al Estado?”

El gobernador realiza constantes defensas del catolicismo. Además, nadie puede negar que quien dirige la política y la economía del Estado se ha plegado a ciertas visiones de la vida cercanas al ideario de la iglesia católica y a su pastor. No hace mucho tiempo hubo un escándalo cuando se supo que González Márquez, acompañado de otros altos funcionarios de su gabinete, tomaban clases de exégesis de la Biblia en Casa Jalisco, un recinto que es por antonomasia laico. Pero no solamente ha sido eso: el gobernador ha denostado a quienes tienen relaciones sexuales y (¡oh, gran pecado!) se cuidan con preservativos; ha dicho que regalar condones es como pagarles “a los chavos” las cervezas y el motel; ha hablado en repetidas ocasiones, desde su calidad de gobernador, en contra del aborto. Es decir, se ha sometido (con gran gusto) a los designios de lo que Juan Sandoval Íñiguez piensa, dice y quiere. ¿Dónde está, pues, el Estado laico por el cual se luchó en el siglo XIX tantos y tan sangrientos años?

Ahora también se busca implantar el “reino de Cristo” en las escuelas públicas del Estado. En días pasados se dio a conocer en La Jornada Jalisco que hay libros que se reparten a los profesores de secundaria donde se dice, entre otras perlas, que “Respecto a la virginidad, habría que decir que se pierde cuando una mujer se acuesta con un hombre y no cuando se rompe el himen. Y si un hombre, cuando se casa, desea que su mujer sea virgen, es decir, que no haya tenido relaciones con nadie todavía, lo puede notar en la actitud de su mujer. Se nota si es experimentada o no”. Es una guía-taller intitulada ¿Cómo orientar a los adolescentes para vivir su sexualidad?, y está llena de textos anacrónicos, conservadores y machistas. Y, lo que es peor, buscan aminorar el uso de anticonceptivos: una lucha que ha dado la iglesia tapatía desde hace mucho tiempo y con bastante fiereza.

Se ha repetido muchas veces que Emilio González Márquez es gobernador de todos los jaliscienses y no de una parte conservadora, católica, retrógrada y reaccionaria. No se puede ser representante de una sociedad heterogénea si se piensa y se actúa a partir de ideas preconcebidas y de atavismos religiosos. No se pueden llevar a cabo medidas para erradicar los riegos de las enfermedades de transmisión sexual (entre ellas el SIDA), si desde los altos puestos del gobierno del Estado se ve a los anticonceptivos (y al condón, especialmente), como un instrumento diabólico que hace daño al ser, al espíritu y a la humanidad. Hoy, cuando la vulnerabilidad de la sociedad ha crecido respecto a estas enfermedades, no se puede gobernar bien si se parte de una visión verdaderamente anacrónica y nociva para la salud de la sociedad jalisciense.

Juan Sandoval Íñiguez se ha caracterizado por su injerencia en asuntos que competen sola y únicamente al Estado, a lo civil. Durante la gestión de González Márquez (y en general durante toda la época panista de Jalisco) se ha sentido con el derecho de decir qué se debe y qué no se debe hacer: al cabo el gobernador es uno más de sus feligreses antes que representante popular. Ya anunciaba el purpurado una batalla campal en abril y marzo del presente año cuando se aprobó una ley para reglamentar el aborto en la ciudad de México: “Actualmente se ha recrudecido la persecución contra la familia y la vida, mas Dios quiere que quienes creemos en Él demos la batalla, que usemos nuestro derecho a hablar, para oponernos a estos atropellos inmensos e incalificables. Cuando se pierde la noción de Dios y no se respeta la vida, el ser humano llega a un nivel más bajo que el de las bestias”. Y las bestias (o más “bajas” que bestias) son todos aquellos que no concuerdan con su pensar.

El gobernador del Estado de Jalisco no entiende o no quiere entender que no se trata de estar o no de acuerdo con el condón y otros anticonceptivos, sino de prioridades, y la educación sexual laica, informada, objetiva, es una prioridad para que la población, cuando tenga relaciones sexuales, lo haga de la forma más segura posible. Y si el condón sirve para eso y si los anticonceptivos ayudan para la planificación de las familias y si dichos métodos tienen éxito y cumplen su función, no se puede poner por delante una visión (si bien es cierto respetable) retrógrada que no puede estar rigiendo las políticas de salud ni de educación del gobierno del Estado. Solamente queda responder una pregunta, ¿aceptará el señor gobernador (no González Márquez, sino Sandoval Íñiguez), que se dé marcha atrás a esta política que, si continúa, será nociva para la sociedad jalisciense?

Publicado en El Occidental, el 19 de noviembre de 2007

Sobre Hugo Chávez y Juan Carlos I: el verdadero conflicto

Jorge Gómez Naredo

Hugo Chávez ha sido considerado por quienes se identifican con las derechas y por muchos que se dicen de centro (e incluso de izquierda) una especie de demonio: el mal hecho persona. Según estas visiones, los pueblos no deben ni pensar en elegir (“es un peligro para el mundo”) a un loco como Chávez, un verdadero dictador (extraño, por supuesto, porque arribó al poder a través de elecciones democráticas –contando un referéndum–).

En la pasada Cumbre Iberoamericana, celebrada en Santiago de Chile, se suscitó un altercado entre Hugo Chávez y el rey de España, Juan Carlos I. Todo se dio en la última sesión, cuando el presidente de Venezuela había hecho duras críticas al ex presidente hispano, José María Aznar. Lo tildó de fascista, opinión que no está nada alejada de la realidad. José Luis Rodríguez Zapatero, el actual mandatario español, salió en defensa de su antecesor. Chávez interrumpió a Zapatero y fue en ese momento cuando el rey Juan Carlos I le espetó al mandatario sudamericano: “¿por qué no te callas?”

Lo importante de este asunto no es una cuestión de formas, de delicadeza, sino de fondo. Sí, es cierto, Chávez no se comportó con el debido respeto. Sin embargo, tenía (y tiene) el derecho a decir lo que pensaba. El “¿por qué no te callas?’” no es solamente una anécdota, es una frase que resume una visión y una ideología. Nadie duda ahora que España ha iniciado una especie de reconquista de sus antiguas colonias: las empresas hispanas han sentado sus reales en muchos países de América Latina y se comportan como verdaderas saqueadoras. Muchas veces no se diferencian de las trasnacionales estadounidenses: lo que les importa es obtener el mejor provecho. Algunos gobiernos sudamericanos han intentado ponerles un alto, y la respuesta del Estado español ha sido defender los intereses de los capitales hispanos a toda costa. Por eso el reclamo de presidentes como Hugo Chávez y Daniel Ortega; y por eso, también, la respuesta del rey español.

La discusión que se dio a partir del episodio protagonizado por Hugo Chávez y el rey Juan Carlos I se ha centrado en el “¿por qué no te callas?” del jerarca español o en los “malos modos” del mandatario venezolano, pero se ha olvidado en muchos casos el fondo. No se ha fijado la atención sobre los justos reclamos de Chávez al ex presidente español ni sobre la forma en cómo actúan las empresas hispanas en territorios latinoamericanos ni en el irrestricto apoyo del Estado español a éstas.

No es cuestión de patrioterismos (como el que se dio en España, con halagos al rey y con porras a José Luis Rodríguez Zapatero) ni de falsos dilemas. Lo realmente importante es conocer, analizar y discutir el papel que jugará España en América Latina y América Latina en España. No cabe duda que hay vínculos, que el idioma nos une y que el coloniaje dejó una herencia que forjó lo que hoy es la América abajo del río Bravo. Pero abocarnos (como han hecho muchos medios de comunicación), a decir que Chávez es populista, que Zapatero actuó bien y que el rey, ah, el rey, fue ejemplar, es hablar de cosas que no tienen significados profundos y que no nos llevan a ningún lado.

No cabe duda que Juan Carlos I mostró un ademán de autoritarismo, de “cállate súbdito”, de “no me rezongues”. Los tiempos han cambiado, ahora la relación se da entre iguales, entre naciones, entre países independientes. Por eso es importante buscar caminos de comunicación y de solidaridad: parece ser que eso no lo entienden las empresas españolas ni los gobiernos que las apoyan irrestrictamente.

El mensaje que nos dejó la Cumbre Iberoamericana pasada es claro: América Latina no quiere una reconquista (ahora económica) y sí busca solidaridad. Entre más unidos estén los países de habla hispana, entre más se fortalezcan los vínculos económicos justos, las relaciones culturales y los lazos de fraternidad, todo será mejor. Pero no se puede tolerar, por ningún motivo, la imposición ni la censura. Por eso, el “¿por qué no te callas?” es un acto repudiable cuando viene de un jefe de Estado a otro jefe de Estado. Chávez tenía todo el derecho de decir que Aznar era y es un fascista. Y se debe respetar su opinión: le duela quien le duela.

Publicado en La Jornada Jalisco el 19 de noviembre de 2007

Fraude: México 2006: una película de todos

Jorge Gómez Naredo

Fraude: México 2006 es una película extraña, no porque en el país no se hayan realizado documentales o porque éstos no hubieran tocado temas políticos, sino porque en ella intervinieron además del director y demás personas relacionadas con la producción cinematográfica, cientos de personas que mandaron más de 300 horas de documentación visual para demostrar, ampliamente, que en julio de 2006 hubo fraude y que, por lo tanto, Felipe Calderón es presidente ilegítimo y está usurpando una función que simple y llanamente no le corresponde.

El recorrido para realizar el documental sobre lo ocurrido en julio de 2006 fue difícil, sinuoso, lleno de piedras y de vericuetos, de tapias que impedían concluir la película. Luis Mandoki, director de la obra, y Federico Arreola, productor de la misma, han dado infinidad de conferencias de prensa para explicar, primero, la negación de varias empresas cinematográficas para distribuir la película y, después, para quejarse de la censura en salas de cines, en radiodifusoras, en televisoras, en esa gran constelación de empresas que tienen miedo de exhibir lo que les crea conflictos con el poder: ¿será porque saben que la verdad incomodará a Felipe Calderón y a todos los que estuvieron implicados en el fraude electoral de 2006?

Esta película, aunque sea de Mandoki y la haya hecho la empresa (fundada especialmente para eso) Contra el viento films, fue resultado del esfuerzo de mucha gente, de cientos de miles, de millones de mexicanos que el 2 de julio del año pasado pensaron que las cosas habían cambiado, que la democracia, o los pequeños pedazos de democracia que se argumentaba existían en México, habían fructificado. Es de ellos y no solamente de ellos, es también del pueblo de México todo, de quien está a favor de López Obrador o en contra de él (Calderón es un actor secundario, siempre lo ha sido y siempre lo será, aunque ahora se diga presidente), de quienes viven en estas tierras, de quienes aquí han hecho su vida y han sufrido y gozado. Es de todo un país. Porque la obra, aunque ya ciertos periodistas en el paroxismo (que más parecen merolicos) la hayan atacado como “propagandista” –llegando al exceso de comparar a Luis Mandoki con la cineasta del régimen nazi, Leni Riefenstahl–, muestra pruebas y exhibe que en México, en 2006, hubo fraude. Y un fraude que cargan todos los mexicanos, los que están en contra de él, los que no saben si hubo o no y los que están a favor de él (porque, aducen, “¿qué hubiera pasado si ese loco llega a la presidencia?”). Es una película de todo México porque narra lo que somos, lo que hemos sido, en lo que nos hemos convertido. Es una película que nos refleja, un espejo en el cual nos vemos con nuestras contradicciones y con nuestras virtudes, con los que luchan porque haya democracia y por quienes piensan que ésta es para unos cuantos y ya. Es una película de coraje, de impotencia, de lo que somos: de todos, absolutamente de todos los mexicanos.

Y la función comenzó...

Veinte minutos antes de iniciar la función, la sala se observa vacía. ¿Acaso a nadie le interesa ver un documental que aborda un tema político? Pasan los minutos y comienza a llegar gente, uno, dos, tres, poco a poco van llegando las personas, se sientan, platican: van solos unos, van acompañados los más. Hombres y mujeres, jóvenes, ancianos, adultos. Cinco minutos, los comerciales previos (y sí que hay comerciales) se están proyectando ya y la sala se llena, llega gente, mucha gente, un montón de gente. La sala está casi repleta y comienza la película.

Luis Mandoki logra realizar en Fraude: México 2006 una narración de lo que sucedió antes, durante y después del proceso electoral para elegir al presidente de México. Inicia con el caso del desafuero, cuando Fox, los diputados del PAN y del PRI y toda la estructura estatal intentaron, sin éxito, quitarle los derechos políticos a Andrés Manuel López Obrador. Desde ese momento y hasta hoy, el tabasqueño no ha dejado de ser la principal figura política y social en el país. Se compara la situación de 1988 y de 2006: a 17 años y los fraudes siguen, la democracia no llega, la gente lucha y se siguen los caminos para buscar, a través de la vía electoral, la conquista del poder por partidos o coaliciones de izquierda.

Poco a poco el documental va adentrándose en el tema central: el fraude cometido por el PAN, por el presidente de la república, por los consejeros y por los magistrados electorales, por Felipe Calderón y su equipo de campaña, por los grandes empresarios que se sienten dueños del país, por todos los que tienen miedo de perder sus injustos privilegios. Se comienzan a escuchar las primeras mentadas de madre entre los asistentes a la sala cinematográfica: “pinche espurio” y “maldito pelele” cuando aparece Felipe Calderón; “vendidos”, cuando en las pantallas López Dóriga, Gómez Leyva, Adela Micha, Carlos Marín y demás “comunicadores” se entrampan en “profundas” disquisiciones sobre las “apabullantes” muestras de la carencia de argumentos para negar el fraude.

Las cámaras ciudadanas entonces se hacen de la pantalla: imágenes de los conteos distritales que muestran la consigna instaurada por los altos mandos del IFE: “no hay irregularidades”. Imágenes y más imágenes de personas que vigilan y tratan, por todos los medios posibles, de abrir los paquetes electorales porque las cuentas no cuadran, porque los números no dicen la verdad, porque hay falta de consistencia y porque simple y llanamente huele a fraude, se ve un fraude, se siente un fraude.

Y después las manifestaciones, la consigna, tan justa, tan llena de verdad, tan democrática: “voto por voto, casilla por casilla”. Los ríos de gente, el zócalo capitalino repleto, avenidas y avenidas con personas que buscan una sola cosa: el conteo total de los votos. La gente, con más gente, acompañada de gente: un montón de gente. Una cámara ciudadana le pregunta a un manifestante: “¿y viene con toda su familia?, ¿no tiene miedo de la muchedumbre?” A lo que responde la persona entrevistada: “no, no le tengo miedo, si nosotros somos parte de la muchedumbre”. Sí, imágenes espectaculares de esa muchedumbre que se cansa de ser desoída, de ser ignorada, de ver sus derechos, sus pocos derechos, vejados una y otra vez. Una muchedumbre que se decidió a salir, a protestar, a decir que no, que no aceptaba la imposición, que no aguantaba un golpe más y que desconocía a esas instituciones que los habían robado una y otra vez. Una muchedumbre que eligió a Andrés Manuel López Obrador como presidente legítimo de México porque estaba segura, completamente segura, que él, el tabasqueño, había ganado las elecciones: porque entendían que los poderosos no habían robado la presidencia a un hombre, sino a un pueblo.

Se termina el documental y la gente, de repente, aplaude, sí, la gente, mucha gente, un montón de gente aplaude y aplaude y sigue aplaudiendo: un aplauso que dura más de un minuto pero que parece eterno. Un aplauso que es para Luis Mandoki, sí, pero también para todos los que decidieron un día decir “ya basta” y desconocer a Felipe Calderón como presidente. Un aplauso que de tan largo, al salir de la sala, todos lo seguían escuchando; un aplauso no para un director, sino para un pueblo, porque la película Fraude: México 2006 no es la película de López Obrador ni de Luis Mandoki, es la película de una sociedad, la radiografía de un país que sigue sufriendo pero que vive con la esperanza y mantiene la esperanza y esa esperanza no se calla ni se olvida ni se va.

A más de un año

A más de un año del fraude, a más de un año de la guerra sucia, a más de cuatro años de atacar no a un hombre, sino a un pueblo. A más de un año de esa escisión que vivió el país entre los que apoyan a López Obrados y los que lo repudian, entre quienes tienen todo y quienes poco o nada poseen. A más de un año de la vergonzosa actuación de quien hoy se ostenta como presidente de México; a más de un año de un fallo-dictamen de un Tribunal Electoral que suprimió los pocos avances democráticos existentes en el país; a más de un año de la televisión que no dijo nada, que no vio nada, que no notó nada y que sigue empecinada en no mencionar nada; a más de un año y la herida sigue abierta, y las ganas de seguir luchando no se apagan; a más de un año y la gente, mucha gente, un montón de gente grita que quiere un país mejor, un país democrático, un país más justo e igualitario; a más de un año y los de arriba siguen sin escuchar los reclamos; a más de un año y la esperanza pervive, y pervive porque 2006 con su fraude y un país injusto, simple y llanamente no se olvidan.

Publicado en La Jornada Jalisco el 19 de noviembre de 2007

La defensa de la riqueza energética, eje de los resolutivos en la Convención Nacional Democrática

*La lucha en favor del maíz mexicano y contra la apertura al grano de EU, en el TLC, otro de los puntos

*AMLO exigió un aumento salarial de emergencia para hacer frente a la escalada de precios

Jorge Gómez Naredo

A las diez de la mañana, decían unos carteles, comenzaría la tercera asamblea de la Convención Nacional Democrática (CND); otros ponían a las once como la hora exacta de inicio. Había desorganización, pero la gente llegaba, continuaba llegando, no dejaba de llegar. El zócalo, a diferencia de otras ocasiones, no estaba libre completamente. En una tercera parte de él se habían instalado varios vagones de tren, pesadas estructuras de metal y largos tubos de bambú: el museo de este material se inaugurará en fecha próxima. La otra parte, para las diez y media, estaba casi completamente llena. Sin embargo, por todas las calles que desembocan en la mítica plaza capitalina ríos de personas marchaban para escuchar el primer informe de gobierno de Andrés Manuel López Obrador como “presidente legítimo” de México.

Todos a buscar su pantalla y la guerra de las campanas

El zócalo, a las diez y media, no estaba completamente lleno, pero todas las calles que confluyen en él se veían repletas de simpatizantes del tabasqueño, especialmente Madero y 20 de noviembre. En las desembocaduras de estas vías se habían colocado pantallas y bocinas para que las personas que no alcanzaran lugar en la plancha del zócalo pudieran observar y oír el discurso de López Obrador. Muchos asistentes realizaron una extraña y singular operación: “todos a buscar su pantalla”. En Madero se detuvieron miles de personas, quizá cinco cuadras repletas de convencionistas. 20 de noviembre y Pino Suárez no se quedaban atrás. Y el zócalo, lentamente, se comenzaba a llenar: la gente llegaba, seguía llegando, no se cansaba de llegar. Nuevamente el movimiento lopezobradorista, a pesar de que muchos analistas políticos y periodistas lo han dado por muerto un día sí y el otro también, demostraba su viveza y entereza: cientos de miles de personas exhibían que las cosas no son como las pinta la televisión, que a pesar del cerco informativo, de no escuchar en las radios ni en las televisoras notas acerca de las actividades de Andrés Manuel López Obrador, la lucha sigue, los asistentes a las asambleas de la CND no menguan, las energías y la creatividad no se acaban.

Faltando quince minutos para las doce del día, la plancha del zócalo y cinco o seis cuadras de las calles Madero, 20 de noviembre y Pino Suárez estaban completamente llenas. De repente se escucharon las campanas de la catedral Metropolitana. Sonaron una y otra vez. No se callaban. Estruendos de campanas y más campanas. Era una especie de provocación que fue respondida pacíficamente con gritos de “Obrador / Obrador / Obrador”, “pederastas / pederastas / pederastas”, “violadores / violadores / violadores”. Más de diez minutos de chirridos de campanas fueron contestados por más de diez minutos de coros entusiastas que ensalzaban al “presidente legítimo” de México o que fustigaban los encubrimientos que Norberto Rivera ha hecho de sacerdotes pederastas. Las campanas no se acallaban y aumentaron su sonido mientras hablaba la senadora doña Rosario Ibarra de Piedra. El ruido emanado de la catedral interrumpía el de las bocinas de la asamblea. Pero la senadora no se amedrentó, pues había dicho al iniciar su alocución: “no voy a leer mi discurso: me siento mejor viéndolos a la cara”.

A defender el petróleo

La tercera asamblea de la CND estableció cinco resolutivos que fueron aprobados por unanimidad (es decir, todos levantaron la mano): movilización en contra del alza generalizada de precios; defensa de las industrias petrolera y eléctrica; lucha a favor del maíz mexicano y en contra de la apertura al grano estadounidense en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; respeto a los derechos humanos y solidaridad irrestricta con los pueblos de Oaxaca y Chiapas.

Cuando se terminó la votación, Andrés Manuel López Obrador comenzó a hablar. Fue un mensaje enérgico que se basó en la defensa del petróleo. Pidió además un incremento salarial de emergencia y avizoró malos tiempos por venir: “enero será, si no lo impedimos, un mes negro”. Adujo que es inexplicable que México, un país que tiene un pueblo trabajador y riquezas naturales, esté sumido en la pobreza. Aplausos y más aplausos, coros y más coros, especialmente cuando López Obrador explicó que el petróleo, hoy con un precio por barril de casi 100 dólares, podría ser la palanca de desarrollo para el país y no lo es porque unos cuantos empresarios nacionales y extranjeros lo quieren privatizar, claro, con el apoyo del “pelele”, es decir, del “presidente espurio”. Nombró, dentro de la estructura del gobierno legítimo, a una comisión que se encargará de organizar la defensa de la riqueza petrolera de México. Al finalizar, entre gritos de “no estás solo” y de “presidente / presidente / presidente”, López Obrador adujo que la lucha sigue, que él está en ella y que no se cansará de seguir combatiendo por un país donde exista “patria para todos”. Y a pesar de estar ya casi terminada la tercera asamblea de la CND, la gente llegaba, seguía llegando, no se cansaba de llegar.

Comercio legítimo

La resistencia civil pacífica se inició desde el proceso de desafuero en contra de López Obrador y no ha menguado. Se han implantado varios mecanismos para conseguir recursos y continuar la lucha, uno de ellos ha sido la elaboración de productos, digamos, “legítimos”. Y vaya que se ha desarrollado este concepto: alrededor del zócalo una serie de mercancías se vendían para poder financiar la resistencia civil pacífica. Había productos de la empresa La dulce resistencia, la cual tiene 33 sabores de mermelada, 5 de cajeta, mole, nopales y más de 8 tipos de chiles. Estaban también los productos de limpieza legítima, en los cuales se podían comprar detergentes, cloro y limpia-vidrios. El vino Presidente Legítimo también se vendía: sidra y rompope de varios sabores. Y pan, pan de la marca “en resistencia” Mi general. Y la gente que llegaba, que seguía llegando y no se cansaba de llegar, iba, venía y compraba vino, cloro, pan, mermelada, etcétera.

Este comercio de productos “legítimos” busca extenderse y consolidarse poco a poco. Pero es difícil, los monopolios en el país tienen mucho poder: ganan elecciones, ponen presidentes, desprestigian proyectos de nación y desinforman a la población, además, claro está, bombardean todos los días con anuncios publicitarios a los consumidores: es un gran problema eso de los monopolios. Un señor, de unos cuarenta años, le dijo a una de las personas que vendían productos de La dulce resistencia, “imagínese, si esto lo llevamos a Monterrey, de donde yo soy, se vende rápido y hasta le sacamos un susto a los monopolios que saquean nuestra nación”. Se hizo un silencio y más de uno que escuchaba la conversación se puso a pensar, a reflexionar. Mientras, la gente llegaba, seguía llegando, no se cansaba de llegar.

Y la gente está ahí

Cada asamblea de la CND, muchos periodistas, altos funcionarios del gobierno federal, cientos de panistas y decenas de ricos empresarios desean ver a López Obrador solo, aislado, sin partido, marginado y sin pueblo: se frotan las manos y dicen “éste sí va a ser su fin”. Y se quedan con las ganas porque cada asamblea, cada marcha y cada mitin en el zócalo de la ciudad de México demuestran que el lopezobradorismo vive y se fortifica. Y es que la gente llega, sigue llegando y no se cansa de llegar. Han intentado todo: cerco informativo, provocación para descarrilar el movimiento y hacerlo violento, escisiones al interior del círculo cercano a López Obrador. Sí, han pretendido todo para erradicar al “loco” tabasqueño y, sin embargo, la gente sigue llegando al zócalo cada vez que AMLO convoca. La gente no se cansa de estar ahí cada asamblea: aunque haga frío y llueva, aunque el sol queme y no deje casi ni levantar la cabeza, la gente está ahí, con su líder, con su “presidente legítimo”. Y llega, sigue llegando y no se cansa de llegar porque el “gobierno legítimo” y Andrés Manuel López Obrador representan esperanza, una de las pocas salidas para dejar la pobreza y pensar que en el país hay futuro, que habrá un día en que no se necesite emigrar al norte para sobrevivir; una esperanza que representa felicidad y “patria para todos”. Y por eso la gente llega, sigue llegando, no se cansa de llegar.

jueves, noviembre 15, 2007

Sobre el artículo de hoy de Ciro Gómez Leyva

Hoy Ciro Gómez Leyva (que dicen las malas lenguas es periodista) escribió un artículo verdaderamente agresivo hacia Luis Mandoki y hacia la película Fraude: México 2006. En él comparó al director mexicano que tiene fama mundial con la documentalista del Führer, Leni Riefenstahl. Verdaderamente este tipo ya perdió el sentido de la realidad y debe tener algún problema psicológico grave, pues un día antes había dicho que la presidencia legítima que encabeza López Obrador no había hecho el ridículo y que estaba “vivita y coleando”. Lo más fácil para denostar (sin inteligencia, por supuesto) a un adversario es ponerlo en contraste con el mal, representado por personas, paisajes o cualquier otra cosa. Así sucedió con AMLO, cuando se le comparó con Chávez durante la campaña electoral de 2006. Pero esta crítica fue sin fundamento y tonta, por decir lo menos: en el caso del contraste entre Chávez y AMLO, no había ni sustento y tampoco había un análisis sobre si Chávez era en realidad el mal o no. Todo es mediático y todo tiene tan poco sustento. Ciro, pues, ha utilizado estos análisis pueriles y estúpidos para denostar no a López Obrador, sino a Mandoki, al compararlo con la propagandistas del régimen nazi.

Por eso no hay que faltar hoy a la premir de la película de Mandoki. Los medios dirán que no hubo gente, que no hubo ciudadanos dispuestos a ir a verla. Pero todo será mentira. Y Ciro, bueno, Ciro es ya un payaso, de verdad, un payaso que cada día escribe peor y cada día se vuelve más loco.

martes, noviembre 13, 2007

Sobre el caso de la revista española "El Jueves"

Vaya libertad de expresión en España: a los caricaturistas que realizaron un cartón para la portada de la revista El Jueves, en el cual se dibujó copulando al príncipe (hijo del rey “que te calles”) y a su esposa Letizia, han sido multados por la realización de dicho cartón: 3,000 euros.

A veces pienso que este tipo de censura es verdaderamente contraproducente: la caricatura, si no se hubiera censurado, no hubiera dado la vuelta al mundo tan rápido; la revista El Jueves no hubiera sido conocida fuera de España y todo sería más llevadero. Pero censuraron y aunque hayan podido retirar de la circulación el número y multado a los autores de la caricatura, ésta es ya de las más conocidas de todo el mundo. Un vídeo con la portada de la revista donde aparece el cartón:

Por cierto, cuando se decomisó el número donde aparecía la controvertida caricatura del príncipe y su esposa teniendo relaciones sexuales, se hizo otro muy diferente. A continuación los contrastes de ambos cartones (o portadas).


Más información sobre este asunto en la BBC, la página oficial de la revista El Jueves, y en el periódico Público (no el de Guadalajara, sino el de España).

Cartones

Las caricaturas que a continuación aparecen son muy pero muy buenas. La de El Fisgón, como siempre, muy cruda. La de Rocha aborda la gran relación que tienen Zapatero y Aznar cuando se trata de defender los intereses imperialistas de las trasnacionales españolas. La de Hernández, titulada “Para mayores señas”, pues no necesita presentación. Se agrega una de Rapé, que es muy pero muy buena, sobre el alud de espots de televisión que se están transmitiendo para decir que Calderón, ah..., que Calderón es presidente y que lo hace muy bien... Y el otro cartón es del maestro Naranjo, donde caricaturiza a Aznar de una manera muy pero muy chistosa.






¿Debido al cambio climático?

El día de ayer sucedió un incendio en la capital de Inglaterra, en el mero centro de Londres. Las imágenes fueron espectaculares. Si Felipe Calderón gobernara en el Reino Unido (cosa que sería nefasta para los ingleses), seguramente argumentaría sobre el percance: “es debido al cambio climática”, ¿o no? A continuación las fotografías espectaculares del incendio.



lunes, noviembre 12, 2007

Artículo El Occidental, 12/11/2007

Tabasco y la hipocresía presidencial

Jorge Gómez Naredo

La situación en Tabasco es crítica: decenas de miles de personas perdieron todo o casi todo; su patrimonio de una vida se vino abajo, se esfumó en unos cuantos días. El dolor está ahí, adentro; la impotencia se vive, se siente, se experimenta. Llanto y más llanto. La sociedad tabasqueña sufre y aunque hay apoyo por parte de la sociedad civil nacional, nunca será suficiente, las cosas nunca volverán a ser las mismas.

En este contexto, es deleznable el proceder de los gobiernos estatal y federal. Andrés Granier, gobernador de Tabasco, se ha exculpado él mismo de cualquier falla, de negligencia y de no haber realizado las obras necesarias para que las lluvias copiosas no se convirtieran en catástrofe social. Además, en estos momentos críticos, en lugar de invertir todo el dinero público en apoyar a los damnificados, ha mandado hacer anuncios de radio y televisión donde ensalza su imagen y donde se ponen en boca de un supuesto tabasqueño las siguientes palabras: “nunca se ha visto un gobernador como éste. Está trabajando muy bien”. El cinismo en su máxima expresión. ¿Cómo es posible que en la situación actual de Tabasco, el “químico”, como se le conoce a Granier, haga este tipo de anuncios que son, en realidad, un insulto a la población tabasqueña y a la inteligencia?

Felipe Calderón, que llegó a la presidencia a través de un fraude y que ejerce dicho cargo sin apoyo popular, ha utilizado la tragedia para tratar de legitimarse, para que en las pantallas de televisión se le observe donando cajas de víveres a los damnificados. Todo para que la gente, en sus casas, piense: “mira, el presidente está ahí, con los damnificados, apoyándolos, uniendo a México”. Pero todo es imagen, todo está calculado: el interés es posicionar a Calderón como un presidente justo, comprometido, legítimo. Nada más alejado de la realidad.

Quien hoy ocupa sin merecimientos la presidencia de la República, ha elaborado en días pasados discursos hipócritas. Ha dicho que no se debe de lucrar con la tragedia, que son momentos de unidad, que no hay banderas políticas, que se prohíbe utilizar la catástrofe electoralmente. En una alocución el 4 de noviembre, Calderón mencionó: “Aquí no hay banderas, aquí no hay colores, aquí sólo hay una bandera que es la nacional y hay un solo pueblo que está unido por encima de diferencias, de religión, de región, políticas o de otro símbolo, aquí estamos unidos los mexicanos en favor de Tabasco y así vamos a permanecer”. Pero, ¿qué ha hecho el gobierno federal? Simple: ha utilizado la tragedia como el momento oportuno para legitimar a Calderón. Pura hipocresía, pues.

El jueves pasado, Calderón reinició los ataques al Gobierno del Distrito Federal. Pidió que se realizaran obras de infraestructura en la ciudad de México porque, si no se llevan a cabo, arguyó, se podría inundar la capital como Tabasco. ¿Acaso esto, a pocos días de las inundaciones en el sur del país, no es usar la tragedia para golpear al adversario?

Poco a poco se van aclarando muchas cosas respecto a la catástrofe en Tabasco. Se sabe que las presas en Chiapas (manejadas por el gobierno federal), tuvieron que ver con las inundaciones. Si esto que ahora resulta una hipótesis más o menos fundamentada se llega a confirmar, estaremos hablando que, además de ilegítimo, este gobierno panista sería ineficaz y asesino.

El viernes pasado, con hipocresía y cinismo, Calderón declaró: “Es cierto que la lluvia, las inundaciones, los deslaves han dañado a las comunidades y les ha arrebatado a sus seres queridos, ha destruido casas, ha afectado a miles de personas, pero no ha dañado lo más importante que es el espíritu de unión, de trabajo en equipo y de fraternidad entre los mexicanos”. Vaya unidad mexicana: por un lado los gobiernos panistas y priístas, que no actuaron para impedir la tragedia, y por otra los cientos de miles de damnificados. No cabe duda, “la fraternidad entre los mexicanos” solamente habita en la cabeza de un presidente ilegítimo que en tan poco tiempo ha dañado tanto a la sociedad mexicana.

domingo, noviembre 11, 2007

Más sobre la confrontación Chávez vs Zapatero-Juan Carlos I

Rodríguez Zapatero ganó la presidencia del gobierno español gracias a las mentiras del Partido Popular (de derecha y extrema derecha) y al ocultamiento siniestro que intentó José María Aznar de las causas que provocaron los atentados del 11 de marzo, cuando en la estación de trenes de Atocha explotaron varias bombas. Murieron muchas personas y cientos resultaron heridas. El gobierno del entonces presidente Aznar, sabiendo que dicho actos terroristas había sido llevado a cabo por extremistas islamistas, ocultó la información y responsabilizó de los actos a ETA. La sociedad, harta de mentiras y de aventuras intervencionistas en Irak, decidió negarle el voto a Mariano Rajoy y dárselo a Rodríguez Zapatero. Las cosas cambian y ahora, el ex y el actual, aunque tengan diferencias al interior, cuando se trata de la defensa de sus intereses cuasi coloniales, siempre se ponen de acuerdo. Y el rey, poco a poco, va teniendo mayor importancia política. A continuación una notita que me encontré en Le Monde.


Plus tard, l'ancien chef du gouvernement Jose Maria Aznar a téléphoné à son successeur M Rodriguez Zapatero et au roi Juan Carlos pour les remercier de leur soutien. Le chef du gouvernement lui a répondu qu'il avait agi selon ses "principes" et en vertu du "respect" auquel à droit tout dirigeant démocratiquement élu.


Más tarde [del “¿por qué no te callas?” real], el ex jefe del gobierno [español], José María Aznar, llamó a su sucesor, Rodríguez Zapatero y al rey Juan Carlos para agradecerles su apoyo. El jefe de gobierno le respondió que el había actuado según sus “principios” y en virtud del “respeto” a aquellos derechos de todos los dirigentes elegidos democráticamente.





* Las imágenes de la confrontación. En la última foto se observa la salida de Juan Carlos I, colérico, durante la intervención del presidente de Niracaragua, Daniel Ortega.

Sobre Tabasco

Juan M. Negrete es profesor de filosofía y escribe en El Occidental cada domingo: sus textos siempre son muy buenos, muy combativos. El artículo de hoy 11 de noviembre de 2007, da noticias de una anécdota que refleja el miedo que la derecha, el gobierno espurio y todo el gabinete le tienen a Andrés Manuel López Obrador. A continuación el párrafo del artículo de Negrete donde se menciona ello:


“Ramírez Acuña no canta mal las rancheras nuestras que, allá en el sureste tras las crecientadas, se han de escuchar horripilantes. Se reporta que los campesinos armaron una gritería cuando aparecieron los funcionarios federales y estatales: “Se ve, se siente, Andrés está presente”. Opaco Ramírez Acula alzó las cejas. Pero las bajó cuando le hicieron saber que la porra no era para López Obrador, sino para Granier, el gobernador de Tabasco. El fantasma del fraude siempre presente. ¿Qué miedo le tienen a que Obrador se arrisque las mangas y se meta al arroyo a cooperar en los salvamentos? ¿No puede hacerlo? ¿Ellos se lo van a impedir acaso? ¿Tales y tan ineptos panistas tienen el monopolio de la generosidad y del auxilio solidario? ¿Tampoco puede opinar como lo hace, en el sentido de que la tragedia pudo evitarse, pero la orientación salvaje del capitalismo que nos destruye nos mantiene indefensos ante las catástrofes naturales, lo cual sí es responsabilidad de los titulares del poder?”


Me parece muy interesante esta apreciación de Negrete, pues pone énfasis en la relación que López Obrador tiene con el pueblo, con el apoyo a éste en una catástrofe como la de Tabasco y cómo el gobierno espurio intenta por todos los medios posibles monopolizar la ayuda y el sentimiento de solidaridad. Pero hay diferencias claras: mientras López Obrador, como bien dice Negrete se arrisca las mangas y se mete al arroyo a cooperar en los salvamentos, los altos funcionarios del gobierno usurpador no se salen de sus hoteles de cinco estrellas ni se mezclan con los damnificados: no se arriscan las mangas ni se manchas las solapas. ¿Es claro a quién le interesa más el bienestar de la población, de los mexicanos, de México?

Artículo La Jornada Jalisco, 11/11/2007

Hipocresía: la austeridad según González Márquez

Jorge Gómez Naredo

Emilio González Márquez ha retado a los poderes legislativo y judicial del Estado de Jalisco para que entren en lo que él, el gobernador, piensa es la austeridad: la supresión de plazas. Esta “propuesta” contradice lo que había planteado el ejecutivo local en el proyecto de presupuesto de 2008 enviado días antes al Congreso del Estado para su estudio y aprobación: ahí proponía la creación de más de 300 plazas. El extraño cambio de visión obedece a que desde el poder legislativo y desde la opinión pública se criticó la creación de nuevos puestos. Por eso el gobernador reculó y desafió: “Me parece pertinente lo que propone el diputado [Jorge] Salinas, y yo propongo que esa austeridad que necesitamos para Jalisco sea en todo el gobierno, en el Ejecutivo, en el Legislativo y en el Judicial. Y propongo una cantidad: los trabajadores que existían en diciembre de 2006”. Vaya mutaciones que sufren las propuestas del ejecutivo en tan pocos días.

No cabe duda que es sano hablar de austeridad, sin embargo, ésta no es la simple eliminación de plazas: plantear una medida donde se supriman puestos de los más bajos y se mantenga los altos es una actitud hipócrita y cínica, pues no se ataja el problema de una manera integral y solamente se busca acallar las críticas. Es la misma visión que tuvo el alcalde de Zapopan, Juan Sánchez Aldana, cuando arguyó que a los trabajadores del ayuntamiento no se les podía aumentar el sueldo porque no había presupuesto, pero a él y a los regidores, ya se les había incrementado insultantemente sus estipendios.

La austeridad que necesita el gobierno de Jalisco no es la supresión de plazas de bajo nivel y el mantenimiento de los sueldos de los altos funcionarios y de los asesores. Eso es engañar, pues no se pone atención a lo que en realidad se debe aminorar: los elevados gastos de la élite política. No se captarán más recursos si se despide a trabajadores que ganan de 1,500 a 3,000 pesos: lo que se pueda “ahorrar” con dicha medida no solucionará los problemas de falta de dinero para proyectos de inversión. Se precisa que se ponga un hasta aquí a los excesivos sueldos de los altos funcionarios, a sus gastos desmesurados en comilonas, francachelas, telefonía, viajes al extranjero, banquetes con el empresariado, en fin, a todos los lujos de los cuales gozan estas personas que dicen gobernar. Y claro, se necesita un reparto de los dineros equitativo y siempre pensando en el bien de los marginados, de los pobres, de los que siempre pierden.

Si se eliminaran muchas de las plazas que ahora existen y se dejara la situación como en diciembre de 2006, los altos funcionarios tendrían la justificación deseada para argumentar que no se logran los proyectos ni se atiende bien a la sociedad: “falta de personal”, argüirían. Además, la propuesta de Emilio González Márquez, como ya es costumbre, no tiene sustento ni se basa en análisis profundos. Son ocurrencias de un día. Es importante que se hable de austeridad, que se discuta cómo eliminar el dispendio que significa la excesiva burocracia, pero se debe comenzar por arriba y no por abajo, se debe iniciar la tarea por reducir los gastos de los altos funcionarios y no por eliminar y dejar sin empleo a cientos de trabajadores que hoy apenas sobreviven.

La austeridad para González Márquez es sinónima, según sus propias declaraciones, de la eliminación de plazas. Ésta, sin duda, es una mirada obtusa. La austeridad es mucho más: es la reducción de los elevados sueldos de los altos funcionarios, es el ahorro en materiales de consumo cotidiano en las oficinas de gobierno, es el intento por suprimir viajes superfluos al extranjero y a otras partes del país, es eliminar la larga lista de costosos asesores que, según se observa por la manera en cómo se comporta la jerarquía de los poderes ejecutivo y legislativo, no trabajan o son incompetentes.

La “propuesta” de austeridad dada a conocer por González Márquez es tan nimia y tan fuera de lugar que el gobernador insiste en aumentar el pago del refrendo y en pedir un crédito. No se busca implantar un programa de verdadera austeridad. Lo que se pretende con esta medida hipócrita y cínica es, mediáticamente, colocar en el pensamiento de los jaliscienses la sensación de que el gobierno de Jalisco hace todo lo posible por ser austero y cercano al pueblo.

Si el gobernador pensara realmente en austeridad, no hubiera regalado más de 60 millones de pesos a Televisa, recortaría drásticamente el salario de todos los altos funcionarios del ejecutivo local, erradicaría los costosos viajes al extranjero e instaría a todas las autoridades del Estado a hacer lo mismo. Ahí sí que se buscaría la austeridad. Con el anuncio que realizó el viernes pasado de suprimir plazas y dejar el mismo número de trabajadores que había en diciembre de 2006, lo único que se busca son las cámaras de televisión. Y sí, ahí el gobernador sonríen, sonríe, sonríe: ¡les gustan tanto los reflectores!

A continuación el vídeo de lo que sucedió en la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile, entre el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, el rey de dicho país, Juan Carlos I, y el mandatario de Venezuela, Hugo Chávez. Estas imágenes han dado la vuelta al mundo y han suscitado un montón de reacciones. Se han dejado observar los nacionalismos o patrioterismos, especialmente del lado ibérico. En un foro de opiniones del diario El País, hubo comentarios que de verdad resultaban racistas y discriminatorios. La pregunta que surge a partir de este vídeo es: ¿acaso no se puede criticar la política exterior de un país?, ¿no se puede criticar tampoco a un ex presidente (Aznar) que fue injerencistas en los asuntos que nada más le corresponden a los latinoamericanos?


Lo que se ha dicho sobre la confrontación entre el rey de España Juan Carlos I y Hugo Chávez, ha suscitado opiniones diversas y contrapuestas. El diario El País, que criticó a Andrés Manuel López Obrador en todo momento y vituperó al ex-candidato de izquierda mexicana por el “Cállate Chachalaca”, ahora defiende a Juan Carlos por el “¿por qué no te callas?”. Los editoriales de La Jornada y El País muestran, nítidamente, dos visiones de lo sucedido en Santiago de Chile. A continuación extractos significativos de dichas opiniones. Primero el de La Jornada:

“De manera que el estado de nervios del rey se plasmó ayer en Santiago de Chile, en un país que como España vivió en carne propia los estragos de una dictadura. Y con un gesto antidemocrático, Juan Carlos I puso una pica en Flandes y envió el mensaje de que no se aceptará, al menos por parte de la corona española, que sus antiguos súbditos cuestionen a ex gobernantes y empresarios de aquel ultramarino reino.

Que Chávez tilde de fascista a Aznar no debe sorprender a nadie mínimamente informado sobre los dichos injerencistas del líder ultraderechista español. Y en efecto, que muchos españoles crean en él y voten por la opción política que representa, pues es un asunto muy de ellos. Pero que Rodríguez Zapatero diga que con ello se ofende al pueblo español... [...]

Tal vez el problema estriba en que siendo que en España no dice, o no se atreve, a decir lo que realmente siente, cuando viene a sus antiguos territorios aprovecha para dictar una cátedra tan obsoleta como la misma monarquía.

Ojalá el monarca y Rodríguez Zapatero entiendan de una vez por todas que deben hablar de igual a igual hasta con los que se expresan, según ellos, en términos “políticamente incorrectos”. Máxime si se tiene en cuenta que algunos empresarios españoles, apoyados silenciosamente por su gobierno, alientan asonadas como la de Venezuela. Y sin olvidar el trato humillante que regularmente reciben los emigrantes latinoamericanos que recalan en la península ibérica.

El País, en cambio, dijo en su editorial:

La Cumbre Iberoamericana de Santiago comenzó con esperanzas después de varios años durante los que arreció la crítica a estas citas. Una de las razones que explican las expectativas fue la elección del tema principal de la agenda, la cohesión social, un asunto que permite trazar con precisión la frontera entre las políticas populistas y los modelos socialdemócratas que están enfrentándose en el continente. Por este motivo, no son de extrañar los desplantes y provocaciones que han protagonizado varios de los dirigentes, con Hugo Chávez al frente. [...]

Pero la cumbre no sólo ha puesto en evidencia la pugna entre dos modelos políticos en América Latina. Ha mostrado, además, las dificultades a las que se enfrenta cualquier política exterior cuando el grado de ruptura entre las principales fuerzas llega a los extremos que se han alcanzado en España. Rodríguez Zapatero salió en defensa del ex presidente del Gobierno José María Aznar ante los extemporáneos e inaceptables ataques de Chávez. Cumplió con su deber con la corrección y contundencia que exigía el foro de Santiago, algo que el propio Aznar reconoció y agradeció anoche al Rey y a Zapatero. También don Juan Carlos estuvo en su papel, puesto que el presidente venezolano cruzó con sus descalificaciones la línea de lo tolerable en una relación entre países soberanos.

Vaya editorial de El País, ahora resulta que los presidentes latinoamericanos no pueden criticar a un mandatario hispano que ha intervenido en las antiguas colonias de una manera constante y deleznable. Es decir, Aznar sí puede apoyar un golpe de Estado en Venezuela e intervenir en un proceso electoral en México, pero nadie, absolutamente nadie, puede decirle a Aznar que es un derechista. Vaya democracia que buscan los gobiernos españoles de dizque origen “socialista”. El rey, callando a un presidente (elegido democráticamente), para muchos españoles (de derechas y muchos “socialdemócratas”) es defender su soberanía. Pero acá, en Latinoamericana, no se le puede decir nada a Aznar ni a las empresas españoles que están iniciando una especie de reconquista económica. Qué justo, ¿no?

No cabe duda, el otrora diario de centro-izquierda español, ahora, se está pareciendo a un pasquín de las trasnacionales españoles.

Un cartón de Hernández

Los domingos, en La Jornada, solamente aparece un cartón: el de Hernández. El de hoy es muy bueno, porque se muestra la hipocresía de Felipe Calderón y su cinismo al decir que no se debe lucrar con la tragedia ni se le debe utilizar “políticamente”. Calderón, un presidente que carece de legitimidad, ha lucrado desde el comienzo con el dolor de los tabasqueños.

Las fotografías de un Calderón arremangado y dando cajas de víveres a los damnificados, es un intento para ganar legitimidad: se está aprovechando de la tragedia. Pero todo es escenografía, pues la “batalla” de Calderón junto a los tabasqueños, en la tierra, en las inundaciones, se reduce a la foto y ya, al discurso y ya. No se va con los tabasqueños, no se sube en las lanchas, no se mete en los pueblos, no entra a las casas y sufre con las personas, no, nada de eso: hay un Calderón bien vestido, sin manchas en la ropa, con una pala o con víveres. Nada más. Siempre la imagen, y con ella, el intento de manipulación a la población y el buscar que la sociedad mexicana piense, cuando vea la tele o prenda la radio o abra las páginas de los diarios, que Calderón está junto a la gente. Pero todo es imagen, todo es mentira, todo es hipocresía.


sábado, noviembre 10, 2007

Fraude: México 2006

La película de Luis Mandoki, Fraude: México 2006, se comenzará a exhibir el próximo 15 de noviembre en varias sales cinematográficas. Se dirán muchas cosas que se saben y que no se saben y se reafirmará que hubo fraude en las elecciones del 2 de julio de 2006 y que Felipe Calderón, simple y llanamente, está usurpando la presidencia de la República. A continuación los avances (o traile).


viernes, noviembre 09, 2007

Jalisco: más dinero para la burocracia, menos para invertir

Emilio González Márquez mandó su propuesta de presupuesto para el próximo año. En él, incrementa el gasto en la burocracia, en el pago corriente, en los sueldos de quienes laboran en el gobierno del Estado, especialmente de los altos funcionarios y la creación de nuevas plazas. Esto es enteramente contradictorio con el discurso, es decir, los hechos y las palabras, nuevamente, se separan. Hace varios días, el gobernador está duro y duro con el placazo, decía que si no se aplicaba el reemplacamiento, todo sería mal, todo sería un caos, todo iría mal. Ahora, con este envío de presupuestos, nos damos cuenta que a González Márquez simple y llanamente no le interesa el mejoramiento de toda la ciudadanía, sino tener a sus allegados con buenos sueldos, bien pagados.

La nota que reflexiona sobre el presupuesto del gobierno del Estado la publicaron Sonia Serrano Íñiguez y Rubén Martín, en un diario local. En ella dicen:

“El dinero público que se destinará al pago del sueldo de los trabajadores del Poder Ejecutivo aumentará mil millones de pesos para el año próximo, mientras el capítulo para inversión pública directa disminuye en una cantidad similar, en comparación con 2007”.

Es decir, ¿no que buena parte de los dineros públicos se iban a ir a inversión, a financiamiento, a mejoramiento social? Esto es, sin duda, una gran hipocresía. Nuevamente surge la pregunta, ¿y la austeridad, dónde está? A ver si con esto la sociedad jalisciense sigue votando por el PAN (lo peor de todo es que quizá, sí, lo sigan haciendo).

A continuación un cuadro de las dependencias donde se dan los aumentos presupuestales. Ojo, observen las prioridades del gobierno del Estado: a la educación le dan un incremento de menos de 2.21% (el menor aumento de todas las dependencias) y, claro, a la de Promoción Económica, a la de Vialidad, a la de Turismo, etcétera, les suben más de 20%. En fin, son prioridades...

Cartones de La Jornada

Las caricaturas de La Jornada de ayer y de hoy, es decir, del jueves y del viernes. Como siempre, resumen la vida política del país en una imagen y en unos pequeños textos. Siempre me ha parecido muy inteligente hacer buenas cartones políticos: no es cosa fácil. En Guadalajara, desgraciadamente, son pocos los caricaturistas que logran realizar buenos cartones. Hay pocos. Trino y Jis (los clásicos cartonistas tapatíos), son muy buenos, muy buenos, pero no hacen caricaturas políticas. A continuación, las caricaturas de El Fisgón, Rocha, Helguera, Ahumada y Hernández. Magú, uno de los caricaturistas más críticos en tiempos pasados, últimamente ha entrado, según mi muy particular punto de vista, en un proceso de decadencia y superficialidad.