lunes, junio 09, 2008

Artículo La Jornada Jalisco, 8/06/2008

Informes que dicen nada

Jorge Gómez Naredo

Con bombo y platillo, González Márquez, en su primer informe de gobierno, anunció que pronto, rápido, en un ratito, daría más y más informes de gobierno. Muchos, cada cuatro meses: para que la ciudadanía sepa que Jalisco funciona, que Jalisco va y aspira a ser lo mejor, gracias, claro está, a los buenos manejos de los administradores panistas que han dado buena parte de sus vidas por el desarrollo de la entidad: se han inmolado por el bienestar del pueblo jalisciense.

Los ciudadanos, ante tal anuncio, se frotaron las manos para saber, pronto, rápido, en un ratito, qué buenas nos anunciaría el ejecutivo local, qué sorpresas nos depararía la sagacidad y sapiencia de Emilio González Márquez. Y el día, como todos los días, llegó. Y llegó con una magna presentación donde se mezclaron los abrazos, los mea culpa, los “vamos bien”, “muy bien” y los “no hay que confiarnos”, “falta”, “pero falta menos”: Jalisco será uno y será grande y será lo mejor, lo máximo, lo más parecido al paraíso. Sí, en palabras de nuestro gobernador: “Este es el principio de algo […] esto va mucho más allá de lo que la Ley le pide al Gobierno del Estado, este es un primer paso objetivo en la rendición de cuentas. Podrá haber errores, sí, pero no hay maquillaje, no hay simulación; lo que está mal lo decimos, y lo decimos para corregirlo; lo que está bien lo decimos, para entre todos cuidarlo y mejorarlo”.

Emilio González Márquez cumple con sus promesas: cumplió con el cardenal Juan Sandoval Iñiguez y le donó sus dineritos para el Santuario de los Mártires; cumplió con Televisa y le regaló sus abultados fajos de dinero para su inigualable evento Espacio 2007. Sí, González Márquez cumple y ahora, emocionado, también le cumple al pueblo de Jalisco: el primer informe de gobierno cuatrimestral.

La ciudadanía debería estar orgullosa. En las más de 240 páginas del informe se puede apreciar el desarrollo que Jalisco va forjando: números, tablas, dibujos y explicaciones claras y bien redactadas de todo lo que se ha hecho en la entidad. Además, en cada palabra se va descubriendo algo, se aprende mucho, se revela lo que jamás había imaginado nadie. Basta un ejemplo: “El avance tecnológico abre la oportunidad de incrementar la cobertura y brindar mejores servicios Gubernamentales”. ¡Vaya sagacidad!, ¡vaya inteligencia!, ¡vaya descubrimiento! Jalisco, con esta administración, va directo al desarrollo integral. Los ciudadanos, en sus casas, seguramente dan gracias a Dios (y a todos los mártires jaliscienses) de tener a un hombre como González Márquez dirigiendo los pasos del estado.

No cabe duda que el informe cuatrimestral logra dar solución a todos los problemas de la vida diaria de los jaliscienses. Por ejemplo, el subprograma “Mejoramiento de los servicios de vialidad, tránsito y transporte”, indica con una redacción clara y concisa: “consiste en la implementación de estudios y análisis de la situación actual de las vialidades y el transporte en Jalisco, mejorando la calidad y tiempo de respuesta en los servicios en materia de vialidad; eficientando (sic) las condiciones y dotando de infraestructura adecuada a la nueva realidad vial”. Los jaliscienses, llenos de alegría, saldrán a las calles para saludar con albricias a la “nueva realidad vial”.

Todo cabe en las páginas del informe, hasta la democracia. En uno de sus apartados, indica: “El Gobierno de Jalisco buscará fortalecer el sistema democrático que los jaliscienses han conquistado, a través del impulso a la participación ciudadana, a la libre manifestación de las ideas […] se busca garantizar la libertad de expresión estableciendo un diálogo plural con las organizaciones sociales, políticas y económicas”. Seguramente los famosos “me vale madre” y “chinguen a su madre” de nuestro gobernador están incluidos en estos postulados que buscan incrementar la crítica hacia las autoridades y la participación ciudadana.

Quienes gobiernan Jalisco saben bien que la comunicación con el pueblo es importante, pero no esa relación de cara a cara, de estar entre la gente y conocer lo que vive, lo que siente y experimenta, los problemas que la aquejan. No, esa comunicación ya es del pasado, del populismo ido. Ahora, lo importante es la comunicación mediática. Por eso el informe cuatrimestral pone especial énfasis en el programa Jalisco es uno, el cual ha logrado mucho, pues a partir de su “lanzamiento”, “la identificación de la sociedad y el gusto por esta campaña social ha ido en incremento. Son numerosas las solicitudes de personas que piden ser parte de este proyecto que busca destacar sin importar la edad o condición social, los logros de jaliscienses que son reconocidos a nivel mundial”. En el informe, sin embargo, se les pasó (un nimio error) indicar el costo de dicha campaña: hasta el 8 de abril de 2008, se habían invertido en ella 29’465,466.88 de pesos.

El informe cuatrimestral presentado por Emilio González Márquez, sin duda, es un ejercicio de simulación, de datos engañosos y de sincera hipocresía. Dice nada diciendo mucho. La realidad que sufren millones de personas en Jalisco, la falta de empleos, la carestía y la ausencia de oportunidades, no se ve reflejada en él. Gobernar, sí, es informar, pero informar con sinceridad y con inteligencia, no con “informes” que lo único que demuestran es el alejamiento que los “representantes populares” tienen de sus representados.

lunes, junio 02, 2008

Eduardo Galeano y los espejos del mundo

Jorge Gómez Naredo

Los espejos están llenos de gente. / Los invisibles nos ven.

Los olvidados nos recuerdan. / Cuando nos vemos, los vemos

Cuando nos vamos, ¿se van?

Eduardo Galeano

I

Espejos donde nos vemos, espejos donde necesitamos mirarnos, espejos que nos dicen quiénes somos, hacia dónde fuimos, hacia dónde nos callamos. Espejos que nos dibujan, que nos pintan; espejos aquí y allá, en cada retazo de pasado, en cada jirón de mirada. Sí, espejos: los espejos que Eduardo Galeano nos trae, nos regala, nos murmura con su ironía llena de palabras.

El 15 de abril del presente año apareció simultáneamente en México, Argentina y España, editado por Siglo XXI, el más reciente libro de Eduardo Galeano: Espejos. Una historia casi universal. Galeano es un referente en el pensamiento iberoamericano. Nació en Uruguay, pero pudo haber nacido en cualquier país de América Latina. Ha dicho con palabras exactas y frases precisas lo que los demás han callado. Su obra abarca más de treinta y cinco libros (la mayoría traducidos a decenas de lenguas), entre ellos, quizá el más conocido en el mundo, Las venas abiertas de América Latina. Galeano es historiador, literato y poeta; es activista, filósofo y pensador, es viajero, fue exiliado y continúa ejerciendo el periodismo. Pero ante todo, Galeano es palabra pletórica de ironía.

II

El nuevo libro de Galeano es un recorrido por la historia del mundo. Pero no es una alabanza de lo que hemos sido y en lo que nos hemos convertido. No. Espejos es la historia de cómo los seres humanos han explotado a otros seres humanos, de cómo nos convertimos en una sociedad llena de injusticias y de desigualdad, de cómo nos hemos engañado pensando que somos buenos, que somos los mejores, que hemos hecho el bien. Espejos es una piedra en el zapato: una crítica al “progreso” del cual la mayoría de nuestros líderes se enorgullece cuando escuchan hablar de las hazañas del ser humano por arribar a la modernidad.

Espejos inicia cuando la injusticia hace su arribo en las relaciones sociales: “Y descubrimos las palabras tuyo y mío y la tierra tuvo dueño y la mujer fue propiedad del hombre y el padre propietario de los hijos”. Galeano se adentra en la historia, entra en ella, la analiza y la cuestiona, la critica. Por eso va de Grecia a Roma, de Egipto a Mesopotamia, de la Edad Media a la Segunda Guerra Mundial, del hoy al Renacimiento. Y en todo este recorrido lo que nos regala Galeano es la ironía, porque el hombre siempre está lleno de ironía: ¿cómo entender, por ejemplo, los discursos de paz que llaman y piden la guerra? Galeano es irónico, un irónico incurable: cuando habla del príncipe Yamato Takeru, quien pacificó casi todo el Japón “hace un par de milenios”, Galeano nos regala ironía: “y haciéndolos picadillo [a quienes desafiaban el orden imperial] los pacificó, como entonces se decía, como se dice ahora”.

III

La mujer, en la historia y en el presente, ha sido explotada y vejada, ha estado abajo, siempre abajo del hombre, del macho. Aquí, allá y acullá, la mujer tiene desde siempre que luchar para hacerse respetar, para no ser denigrada cotidianamente, para estar en igualdad con el hombre. La batalla ha sido desigual y a pesar de eso, las mujeres han logrado conquistar espacios, pero todavía falta mucho, demasiado. En sociedades como las latinoamericanas, la mujer sigue teniendo poco acceso a la educación y a la representación popular. Basta mirar los nombres de los jefes y jefas de estado: ¿cuántas mujeres hay? Siempre minoría. Y Galeano lo explica irónicamente, con las palabras precisas, con las frases exactas: “el derecho de propiedad y el derecho de herencia permitieron que ellas fueran dueñas de nada; la organización de la familia las metió en la jaula del padre, el marido y el hijo varón; y se consolidó el estado, que era como la familia pero más grande”.

La historia está llena de machismo, de denigración hacia la mujer. Galeano lo menciona claramente con un ejemplo que extrae de la mayoría de los libros de historia oficial: “En tiempos de Pericles, Aspasia fue la mujer más famosa de Atenas. Lo que también se podría decir de otra manera: en tiempos de Aspasia, Pericles fue el hombre más famoso de Atenas”. El hombre ha hecho, durante varios milenios, todo lo posible por continuar arriba, explotando a la mujer, denigrándola y vejándola. Son los espejos donde nos vemos, los espejos que nos dicen lo que no fuimos y lo que callamos, los espejos que nos miran y nos pintan. Y cómo duele que los dibujos del pasado sean tan precisos, tan iguales a los que ahora forjamos.

III

Eduardo Galeano es un recolector de historias: un campesino de la palabra. Observa, escoge y escribe: así nació Espejos y así han nacido muchos de sus libros anteriores. Cada texto que nos entrega en este nuevo trabajo es un descubrimiento, una ventana donde nos vemos, un pasado que reconocemos como nuestro. Hay ironía en todas sus palabras porque Galeano es irónico, porque Galeano encuentra con facilidad ese espacio donde el ser humano se contradice, es incongruente y miente. Cada palabra nos descubre como somos, como fuimos, como seremos.

La ironía está en todas partes, en todos los textos que Galeano estructura. Cuando habla de la educación que durante muchos años se aplicó a los niños, menciona: “Para evitar que los niños sean niños, los padres pueden castigarlos, siempre que los golpes se apliquen en medida razonable y sin dejar marcas”. La ironía es clara, la ironía es obvia, la ironía está y es presente porque no se puede ser de otra manera ante el desarrollo de la historia: el ser humano es, sin duda, un ser irónico, un ser que llama a la ironía, un ser que se caracteriza por la ironía.

Pero además de ironía, Galeano nos muestra la inocencia, y la dibuja con maestría, con palabras exactas, con frases precisas. Basta un ejemplo: “Allá en la infancia, supe que China era un país que estaba al otro lado del Uruguay y se podía llegar allí si uno tenía la paciencia de cavar un pozo bien hondo”.

IV

¿Por qué el mundo está de cabeza? ¿Por qué hay unos cuantos que lo tienen todo y millones que poseen nada?, ¿por qué no nos cansamos de convivir a diario con las desigualdades, las injusticias y las necedades de unos cuantos? Preguntas que todavía no hemos resuelto, que están en nuestras mentes y que no sabemos si algún día tendrán respuestas. Galeano en Espejos describe los males de la humanidad, porque no podría ser de otra forma, porque Galeano siempre lo ha hecho y porque no sería él si no lo hiciera. Y sus críticas son siempre a los poderosos, a quienes vejan, a quienes hacen daño, a quienes dominan, explotan e inventan enemigos y guerras, a quienes pauperizan a buena parte del mundo, a quienes mienten y no se cansan de mentir: “En el año 2003, Ibn al-Shykh al-Libi, dirigente de Al Qaeda, fue torturado hasta que confesó que Irak lo había entrenado en el uso de armas químicas y biológicas. Acto seguido, el gobierno de los Estados Unidos blandió alegremente su testimonio para demostrar que Irak merecía ser invadido”.

¿Se entiende el ser humano?, ¿nos comprendemos?, ¿los pueblos cómo se interpretan ellos mismos? Galeano no pretende comprender todo, quiere, más bien, dejar una puerta abierta a la reflexión. Y son muchas las frases que nos invitan a pensarnos y a pensar al ser humano: “La caza de judíos ha sido siempre un deporte europeo. Ahora los palestinos, que jamás lo practicaron, pagan la cuenta”; “Sólo nos falta saber por qué los pobres son pobres. ¿Será porque su hambre nos alimenta y su desnudez nos viste?”; “Bolivia demoró ciento ochenta y un años en enterarse de que era un país de amplia mayoría indígena. La revelación ocurrió en el año 2006, cuando Evo Morales, indio aymara, pudo consagrarse presidente con una avalancha de votos”; “En 1889, murió la monarquía en Brasil. Esa mañana, los políticos monárquicos despertaron siendo republicanos”; “algún estudioso llegó a la conclusión de que los Estados Unidos eran el único país donde no había golpes de estado, porque allí no había embajada de los Estados Unidos”.

V

Espejos, espejos y más espejos. Nos miramos en esos espejos, nos encontramos, nos adentramos en ellos. Y con esos espejos Galeano nos enseña que la historia sirve, que la historia no solamente es una ciencia aburrida, una disciplina que se estudia en las universidades y nada más, sino que es una manera de mirarnos y de ubicarnos. Y vaya que hay relaciones claras, iguales, espejos nítidos. En la viñeta titulada “Carlos”, Galeano escribe: “El hijo de Juana la Loca fue rey de diecisiete coronas heredadas, conquistadas o compradas. En 1519, en Francfort, se hizo emperador de Europa convenciendo, mediante dos toneladas de oro, a los electores del trono del Sacro Imperio. Le prestaron ese argumento decisivo los banqueros alemanes Fugge y Welter, los genoveses Fornari y Vivaldo y el florentino Gualterotti. Carlos tenía diecinueve años y ya estaba preso de los banqueros. Fue rey reinante y rey reinado”.

¿Acaso Felipe Calderón no llegó al poder de igual manera: vendiendo la poca dignidad que le quedaba, ofreciendo puestos de gobiernos, subastando las reformas que intentaría aprobar después? ¿Acaso Calderón no es un “gobernante gobernado”?, ¿acaso no es esclavo de quienes lo apoyaron en su campaña electoral? Sí, Galeano nos regala espejos donde nos miramos, donde se deberían mirar quienes gobiernan, quienes explotan, quienes vejan y traicionan.

VI

Las venas abiertas de América Latina es un libro que ha marcado a varias generaciones de latinoamericanos. Y los ha marcado porque en él se muestra, se demuestra y se explica que América Latina ha sido pauperizada por los ricos de afuera y los ricos de adentro, por la unión de esos dos bandos. En Espejos, en la viñeta “Americanos”, Galeano retoma el tema de su obra más conocida y lo hace con su acostumbrada ironía: “Cuenta la historia oficial que Vasco Núñez de Balboa fue el primer hombre que vio, desde una cumbre de Panamá, los dos océanos. Los que allí vivían, ¿eran ciegos? / ¿Quiénes pusieron sus primeros nombres al maíz y a la papa y al tomate y al chocolate y a las montañas y a los ríos de América?, ¿Hernán Cortés, Francisco Pizarro? Los que allí vivían, ¿eran mudos? / Lo escucharon los peregrinos del Mayflower: Dios decía que América era la Tierra Prometida. Los que allí vivían, ¿eran sordos? / Después, los nietos de aquellos peregrinos del norte se apoderaron del nombre y de todo lo demás. Ahora, americanos son ellos. Los que allí vivimos en las otras Américas, ¿qué somos?”

VII

Las críticas a los medios de comunicación masivos han sido una constante en los textos de Eduardo Galeano. En una conferencia celebrada en Italia, hace casi un lustro, argumentó una frase que muestra parte de la manipulación que, especialmente las televisoras, hacen de la realidad: “Nos mean y la prensa dice llueve”. En Espejos, hay muchas críticas hacia la prensa y sus constantes mentiras, mentiras que dicen lo que no es y mentiras que ocultan lo que es. En una viñeta, Galeano escribe: “Cada año, los pesticidas químicos matan a no menos de tres millones de campesinos. Cada día, los accidentes de trabajo matan a no menos de diez mil obreros; Cada minutos, la miseria mata al menos de diez niños. Estos crímenes no aparecen en los noticieros”.

¿Por qué los medios de comunicación, en especial la televisión, ocultan las llagas, esconden las cuitas, encubren las necesidades primarias del ser humano? Vemos la pantalla y ella nos da “felicidad”; vemos la pantalla y los presentadores nos inoculan enseñanzas básicas: cómo ser felices, a pesar de la tristeza, de nuestra tristeza, a pesar de la pobreza, de nuestra pobreza. Pero no nos observan, no nos conocen, no nos dan un espacio de su pantalla. Galeano lo argumenta con palabras exactas, con frases precisas: “Los grandes medios, que inventamos para comunicarnos, no nos escuchan ni nos ven”.

VIII

Espejos. Una historia casi universal, es una ventana que nos abre el nosotros, un espacio donde nos podemos ver: quiénes hemos sido, quiénes somos, hasta dónde nos hemos callado…, hasta dónde nos hemos engañado. Galeano llena de ironía sus palabras, pero no solamente de ella: las llena también de poesía. Y describe lo que hemos matado y lo que hemos creado, lo que hemos silenciado y lo que hemos gritado. Y a pesar de la melancolía, de ver, por todas partes, injusticias, desigualdades, “representantes populares” que mienten y que quieren privatizar lo poco que queda de soberanía y de riquezas nacionales, a pesar de todo, hay esperanza, una esperanza que nace y renace al mirarnos, al observarnos, al conocernos.

Y también hay, en Espejos, esas miradas que debemos tener siempre presentes, miradas que nos dan congruencia, miradas que nos dan esperanzas, miradas que nos dan energías para continuar luchando por un mundo más justo, más igualitario: mejor. Miradas como las que describe Galeano en la viñeta intitulada “El nacedor”: “¿Por qué será que el Che tiene esa peligrosa costumbre de seguir naciendo? Cuanto más lo manipulan, cuanto más lo traicionan, más nace. Él es el más nacedor de todos. ¿No será que el Che decía lo que pensaba, y hacía lo que decía? ¿No será que por eso sigue siendo tan extraordinario, en un mundo donde las palabras y los hechos muy rara vez se encuentran, y cuando se encuentran no se saludan, porque no se reconocen?”

Espejos. Una historia casi universal, es una invitación a mirarnos, entendernos y comprendernos. Y claro, como todo lo que escribe Eduardo Galeano, es una invitación a empuñar las manos y seguir gritando “nosotros decimos no”.


Artículo El Occidental, 02/06/2008

"Argumentos" para privatizar a Pemex

Jorge Gómez Naredo

Cuando el Frente Amplio Progresista tomó las tribunas de las cámaras de senadores y de diputados, las televisoras, buena parte de las radiodifusoras y no pocos periódicos gritaron al unísono: “secuestro”, “inadmisible”, “vergüenza”, “chantaje”, etcétera. Y lo gritaron fuerte y porfiadamente, todos los días, a todas horas. No informaron lo que se quería con la toma de las tribunas, lo que pretendían los legisladores del PRD, PT y Convergencia: todo fue descalificar las acciones reputándolas de “inadmisibles” en una “democracia” como la mexicana.

El logro de la toma de las tribunas fue un debate para dar a conocer e informar qué establece la reforma energética enviada por Felipe Calderón a la cámara de senadores; conocer, por ejemplo, si es legal, si no viola la constitución, si es lo mejor o lo peor para los mexicanos. Y saberlo de boca de expertos, de conocedores del tema, de implicados en el asunto del petróleo. El debate inició hace tres semanas y los medios de comunicación, que antes dedicaban centenas de minutos a denostar a los “revoltosos” que impedían la “democracia” en México, ahora que se está realizando el debate, poco interés muestran hacia lo que ahí se dice. ¡Vaya objetividad y pluralidad!

En las mesas de debate (celebradas martes y jueves) se han dado cita intelectuales, juristas, gobernadores, científicos, etcétera. Dos posturas se han delineado claramente: la que está a favor de la privatización de Petróleos Mexicanos (es decir, quienes apoyan la iniciativa de Calderón) y la que está en contra de la privatización y que plantea otras vías para fortalecer a Pemex. Sin duda, quienes llevan la delantera, quienes han esgrimido mejores argumentos y quienes han ganado todas las mesas, son los que están en contra de la iniciativa enviada por el Ejecutivo, es decir, quienes dicen no a la privatización de la paraestatal.

El jueves pasado estuvieron en el debate varios gobernadores y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Uno de los defensores de la iniciativa de Calderón fue el gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva Ramírez. Este “representante popular” no pudo, en ningún momento de su intervención, pronunciar si quiera de una manera correcta “Pemex”, pues siempre decía “Pemes”. Este enjundioso defensor de la reforma energética de Calderón demostró su ignorancia, su facilidad para ser cínico, hipócrita y mentiroso. Pronunció frases tan incoherentes como “Los hombres y mujeres libres no aceptamos una historia tendenciosa que pretende establecer un totalitarismo sobre las inteligencias”. Lo que se desprende de esta apreciación es el absoluto desconocimiento de las teorías históricas y su incapacidad para comprender lo que significa totalitarismo.

El señor gobernador de Guanajuato, no teniendo ni un ápice de vergüenza por su ignorancia de la realidad petrolera, abundó en una “propuesta” que lo único que demostró fue su amplio desconocimiento del tema. Adujo: “Los recursos petroleros si bien abundantes, son finitos. Estamos hablando de recursos no renovables. ¿Cómo transformarlos en riqueza permanente a partir de los recursos que pudieran generarse de la explotación petrolera?” La solución planteada fue: “Les propongo que un porcentaje significativo de la recaudación proveniente de los ingresos petroleros se destine a generar los cambios estructurales que demanda el país. Que utilicemos la palanca del petróleo para elevar de manera permanente la competitividad de México”. ¡Vaya sagacidad!, ¡vaya altura de miras!, ¡vaya sandez! Desde hace ya muchos años el 40% del presupuesto federal proviene de Pemex. Y han sido el PAN y el PRI quienes han utilizado esos recursos para gastos corriente y no para cambios “estructurales”.

Estas personas que se atreven a engañar de esta forma son las que apuestan a la privatización de Pemex (o Pemes, como nombra Oliva Ramírez a la paraestatal). No les interesa saber más, no buscan alternativas: quieren entregar la riqueza petrolera a los extranjeros para pagar facturas nacidas en la campaña electoral de 2006. Ellos dicen que si se aprueba la reforma petrolera todo México, automáticamente, se transformará en un país privilegiado, lleno de bienestar y próspero. Mentiras, mentiras y más mentiras.

Desgraciadamente, estos argumentos tan sin sentido, tan absurdos y tontos, no aparecen en las pantallas de televisión, no se escuchan en las radiodifusoras, no se leen en las páginas de muchos diarios. Quieren engañar al pueblo. Ojalá no lo logren porque si se llega a aprobar la reforma energética enviada por Calderón a la cámara de senadores, la viabilidad de México como nación independiente y soberana quedaría destrozada.

Artículo La Jornada Jalisco, 01/06/2008

¿Y la participación ciudadana?

Jorge Gómez Naredo

Todos los días nuestros “representantes populares” nos dicen que el bienestar de los ciudadanos es lo más importante, que trabajan por la sociedad y que hacen todo lo posible (y de vez en cuando lo imposible) para que en Jalisco haya espacios para la ciudadanía. Todo, sin embargo, es discurso hueco, palabras alejadas de la realidad, demagogia.

En los hechos, la ciudadanía tiene pocos espacios para ser partícipe de las decisiones de gobierno. Instituciones con cariz ciudadano como el Instituto Electoral del Estado de Jalisco, que ahora se llamará (con chanza incluida) Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, no está conformado por verdaderos representantes de la ciudadanía. Con la reforma electoral que se acaba de aprobar en el Congreso del Estado, los partidos políticos serán los encargados de designar a los consejeros e, incluso, tendrán la posibilidad de quitarlos de sus cargos cuando su actuación no vaya con las posturas de la mayoría de los diputados, es decir, de los partidos políticos.

Los espacios de participación ciudadana están cerrados a la ciudadanía. Por ejemplo, al elegir presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, los diputados no tomaron en cuenta los méritos de los participantes ni sus actividades en labores sociales: impusieron (claro, muy “legalmente”) a una persona que sabían de antemano no les sería incómoda y que actuaría siempre en consonancia con las posturas de las fuerzas políticas predominantes en el Congreso de Jalisco.

Cuando se les reclama a los diputados, al ejecutivo local o a los partidos políticos la falta de espacios para la participación ciudadana, alegan que ésta existe, que incluso hay una ley que la rige: “Ley de Participación Ciudadana para el Estado de Jalisco”. Sin embargo, si se lee detenidamente la citada ley, parece que está hecha para desinhibir la participación ciudadana. Respecto al referéndum, menciona: “El Congreso del Estado, con la aprobación de las dos terceras partes de sus integrantes, o los ciudadanos que representen por lo menos el dos punto cinco por ciento de los electores de la entidad, podrán solicitar al Consejo Electoral someta a referéndum derogatorio los reglamentos y decretos emanados del Titular del Poder Ejecutivo del Estado”. Claro, muy bonito y muy lindo se ve escrito, pero los requisitos son muchos y, en caso de haber una petición, hay varios caminos legales para impedir el referéndum.

Respecto al plebiscito, la citada ley indica: “El Congreso del Estado, con la aprobación de cuando menos las dos terceras partes de sus integrantes, podrá solicitar al Consejo Electoral someta a plebiscito las decisiones o actos del Gobernador”. Aquí, “los ciudadanos” simple y llanamente no se ven. Todo se deja en manos del Congreso. Y el Congreso, como actualmente vemos, está en poder de unos cuantos.

Ahora bien, si los ciudadanos presentan una solicitud para referéndum (con el 2.5 % de firmas de la población del Estado y en un máximo de treinta días después de hecho el decreto), el consejo electoral, que se supone es ciudadano -pero en realidad tiene vínculos con los diputados que lo eligieron- decidirá la procedencia o improcedencia del asunto. Todo se dificulta: el camino se hace tortuoso para que la ciudadanía no participe. En esta ley también se contempla la presentación de iniciativas populares al Congreso de Jalisco, que los diputados pueden fácilmente rechazar sin ni siquiera leer. Nadie les dirá nada.

La situación actual de la participación ciudadana en Jalisco es verdaderamente preocupante. Los caminos se han cerrado y unos cuantos manejan el destino de todos: se imponen en los organismos ciudadanos a personas cercanas. No hay una apertura a la verdadera participación ciudadana. Todo se decide entre poquitos.

La reforma electoral que se aprobó en el Congreso local es una muestra de este cinismo con que actúan nuestros “representantes populares”. No quieren que la ciudadanía se interese en los asuntos públicos, que participe en ellos y tenga voz y voto. Para nadie es un misterio que los diputados representan a su partido o a su grupo, y nunca a quienes los votaron. Es ahí donde se encuentra el problema, porque si hay una crisis de representatividad en el Congreso (en el ejecutivo ni se diga), ¿dónde queda el ciudadano?, ¿dónde la democracia representativa?

La ciudadanía puede salir a las calles, marchar, manifestarse. Pero estas acciones tienen cada día menor eficacia. Ahora, a nuestros representes populares, los mítines y los plantones simple y llanamente les “valen madre” (González Márquez dixit). Ejemplos hay muchos: en julio de 2006 más de dos millones de personas, en la marcha más grande que ha habido en toda la historia de México, salieron a las calles para exigir transparencia en las elecciones presidenciales, que se contara voto por voto. Las autoridades no hicieron nada para escuchar el clamor popular. Les valió.

¿Qué acciones eficaces tiene la ciudadanía para actuar, para ser partícipe de las acciones de gobierno?, ¿cómo se puede llegar a una democracia verdaderamente participativa y borrar de una buena vez esta simulación donde ni se respetan los votos ni se escucha a la ciudadanía? ¿Qué se debe hacer?