viernes, octubre 26, 2007

La manía del ocultamiento en el Gobierno del Estado de Jalisco

Molesta y mucho que las autoridades panistas de Jalisco todo se lo guarden como gran secreto, como si fueran sus deliberaciones cuestión de ellos nada más y que no afectaran a la ciudadanía, al pueblo todo. Por ejemplo, con los ingresos extras debido al placazo (si es que se aprueba y dejamos que se apruebe), hay varias versiones: el gobernador dice que servirá para todo, hasta para hacer lo que no se sabe qué se va a hacer. Después salen otros de sus subordinados diciendo que no alcanza, pero que es bueno o que sí alcanza, pero que es top secret lo que se planeará. Esto ya se está convirtiendo en una constante en las declaraciones de la élite política panista en el Estado.

El día de ayer, la Secretaría de Vialidad y Transportes (encabezada por José Manuel Verdín Díaz, un administrador de empresas egresado de la UNIVA) anunció que haría otro viaducto como el de López Mateos (que ha sido cuestionado por muchos ciudadanos), pero que no dará a conocer cuál será la vía hasta que se “socialice” con los vecinos. ¿Qué entenderá Verdín por “socializar”? ¿Será comprar?, ¿intimidar? No lo sabemos, el caso es que existe una especie de humo en todo lo que dice el gobierno que hará. Humo que no deja ver y que nos lleva a pensar en ocultamientos, en falta de planeación en las medidas y en una crisis económica y social en el Estado de Jalisco (sino, ¿por qué llevar a cabo un reemplacamiento para “infraestructura” que no ha sido señalada con antelación y con consistencia?). El caso es que este gobierno del Estado, poco a poco muestra su ineficacia, su falta de sensibilidad y sus chabacanas medidas para “mejorar”, desarrollarnos y ser “Jalisco 1”. Abajo, la foto del susodicho administrador de empresas convertido en Secretario de Vialidad.


En tono sarcástico: los salarios mínimos y visiones encontradas respeto a la economía

¡Qué cosas tan extrañas pasan en el mundo! ¿O será que nosotros somos los extraños?, ¿que vivimos en un país donde las cosas no son como deberían ser, donde los muchos pierden casi todo y los pocos ganan casi todo? Esto viene al caso porque en otras partes del mundo suceden cosas extrañas, inexplicables.

En Europa, por ejemplo, el gobernador del banco de Italia (es decir, el Guillermo Ortiz de la bota itálica) dijo que los salarios en dicha nación “son los más bajos entre los principales países de la Unión Europea”. Pero lo más extraño de todo esto es la visión que tiene el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, de lo que se debe hacer para la estabilidad y el “beneficio general” (un tecnócrata mexicano graduado en Chicago o en Harvard gritaría de terror ante estas declaraciones). Dijo, este extraño señor de esa extraña nación que “un arranque en el crecimiento del consumo es fundamental para el bienestar general, para el crecimiento del producto, para la continua estabilidad financiera. Destinatarios y protagonistas de este proceso son los jóvenes en particular”.

Oh, terror en el banco de México, terror en la mesa donde (con media vaca encima) como opíparamente Agustín Cartstens. Terror en la habitación donde borracho (¿de amor?) Felipe Calderón quiero parecerse a López Obrador, aunque sea un poquito, un poquito pequeño. Terror en Los Pinos todas partes y por todos partes antes esta declaración demoníaca que se dan en países extraños. Es decir, para que exista bienestar general es necesario el crecimiento del consumo, y ello no se puede lograr con bajos salarios, entonces, ¿qué se hace? ¡Subir los salarios! (¡Noooo! –se escucha en una sala fría del Banco de México–) y subirlos especialmente a los jóvenes, por lo tanto, se le debe de dar antes que nada trabajo. Sí, subir los salarios es fundamental para el arranque del consumo, para el crecimiento de la productividad (y del PIB) y para el bienestar de todos.

Esto pasa en Italia, en México, por supuesto que no. Lo salarios son bajos porque la amenaza de una inflación es siempre constante, porque si suben diez pesos los salarios mínimo podríamos entrar en una crisis y, ¿qué diría el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y las buenas conciencias neoliberales?

Cosas extrañas pasan en el mundo, de verdad, muy extrañas. ¿O será que los extraños son los que dicen “gobernar” a nuestro país?.

Las notas sobre las declaraciones de Mario Draghi, aparecieron en casi todos los diarios italianos. Nosotros consultamos La Repubblica y L’Unità, ejemplos del periodismo de izquierda. Abajo aparece la foto del extraño individuo que hizo tan inexplicables declaraciones.


Cartones y sobre cartones

Las caricaturas de La Jornada y unas de Milenio (que a pesar de Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva, que un día sí y el otro también buscan pegarle a AMLO, dicho diario tienen dos que tres buenos caricaturistas –léase Rapé y Jans–). El caso es que, como siempre, las caricaturas (de los mejores caricaturistas) reflejan y explican parte de las realidades políticas y sociales de México y del mundo. Por ejemplo, la de Rapé, explica el sufrimiento de quienes murieron en el “accidente” en Pemex y Campeche. En este mismo tenor está el cartón de El Fisgón, el cual muestra, por un lado, el problema de “la falta de seguridad en Pemex” y, por el otro, al empresario voraz que quiero que la industria petrolera mexicana sea vendida a consorcios internacionales. El diálogo que le pone El Fisgón al gordito del dinero es muy inteligente. La de Helguera, aborda el mismo tema pero además lo mezcla con la impunidad de Fox y sus hijastros.

En el cartón de Jans se observa al cardenal Rivera preocupado porque “va a regresar al zócalo el tipo que encuera a la gente”. Y claro, la cuita de Rivera es porque piensa Nicolás, el padre pederasta, estará de visita en la capital de México.

Las caricaturas de Rocha y de Ahumada están relacionadas con los Estados Unidos. La del primero muestra la falta de resistencia del gobierno mexicano hacia el imperio y, la segunda, la resistencia de Cuba hacia el mismo imperio, a pesar del bloqueo que siempre amenaza y siempre está dispuesto a un día utilizar las armas (representadas en este caso por los cuchillos).

El análisis de las caricaturas es siempre interesante. En una caricatura podemos observar varios símbolos que, dentro de un contexto dado, significan muchas cosas. Por ejemplo, la caricatura de Helguera muestra a un Felipe Calderón chaparrito y a un Juan Camilo Mouriño alto. ¿Qué significa esto? Pues es claro: la influencia desmedida de Mouriño en el presidente espurio (e ilegítimo), aunque sea este último quien dé las órdenes. Es decir, se muestra una relación en la cual uno piensa que ordena y el otro hace lo que quiere, cuando quiero y donde quiere. En fin, muchas cosas se pueden sacar de las caricaturas (de los buenos caricaturistas, repito) y por eso son tan importantes en un periódico: simplifican los procesos políticos y sociales de la intrincada realidad en la imagen, en símbolos.







jueves, octubre 25, 2007

Cartones de La Jornada

Los cartones de los caricaturistas de La Jornada. Se observa claramente cómo el gobierno de Felipe Calderón (si le podemos llamar "gobierno" a eso que hace y a cómo se comporta) ha entregado a los intereses estadounidenses lo que ha podido. Fueron las deportaciones, fue el permitir la construcción del muro, fue el no luchar por los intereses de los migrantes y no buscar una situación económica mejor en México para que no se vayan al norte. Fueron tantas cosas, que solamente faltaba esto: la "Iniciativa Mérida" (la cual todavía no aprueba el gobierno de Estados Unidos), que pone en grave riesgo la soberanía mexicana. ¡Vaya gobierno usurpador, tan alejado de México y tan cerquita de Estados Unidos!

Ah, y le falta al gobierno espurio la cereza del pastel: la privatización de PEMEX, Luz y Fuerza y la CFE. Pero, ¡No lo vamos a dejar! Claro que no.


En Argentina pasa, ¿cuándo en México?

En Argentina faltan pocos días para las elecciones, donde la esposa de Néstor Kirchner, Cristina, se perfila como la candidata más fuerte y quien seguramente ganará la contienda electoral y se convertirá en presidenta. Pero no todo en Argentina son elecciones. También hay cosas que deben saberse aquí, en México, y que nos hagan recordar que no se puede vivir con tanta impunidad.

En el periódico argentino Página 12, se informó que Fernando de la Rúa, ex presidente argentino, fue procesado por “responsabilidades de escritorio” en la muerte de varios manifestantes y varios heridos en las marchas de protesta ocurridas en 2001, cuando de la Rúa era presidente. Es decir, se le acusa no por matar con una pistola, sino por estar al frente de un Estado represor que asesina a ciudadanos. La nota del diario citado es esclarecedora:


“[Fernando] De la Rúa deambulaba por los salones, pasillos y despachos de Gobierno y le dijo a la Justicia que no vio televisión ni tenía cerca una ventana como para tomar conciencia de la matanza que ocurría en torno al Palacio. Sin embargo, varias de las decisiones que tomó ocurrieron luego de escuchar y ver los canales de noticias junto a sus colaboradores. Así pareció entenderlo el juez al afirmar que “el ex jefe del Estado no usó las herramientas” que tenía a su mano para evitar los gravísimos episodios [matanza y represión], y sostuvo que De la Rúa –a quien calificó como “experimentado abogado y legislador con importante trayectoria”– no puede sostener que ignoraba lo que ocurría en la Plaza de Mayo. “No doy credibilidad a los dichos del ex presidente, en cuanto a su desconocimiento”, expresó [el juex] Bonadío, y descartó que no haya escuchado detonaciones que provenían de Plaza de Mayo” (Página 12).


Es decir, se le están fincando responsabilidades a De la Rúa (en la imagen) por permitir que se hubiera usado la fuerza pública en contra de los inconformes que se manifestaban. Esto sucede en Argentina, y en México ¿qué pasa? Nada, absolutamente nada. Ulises Ruiz sigue de gobernador de Oaxaca a pesar de estar probada su participación en la muerte de varios manifestantes; Enrique Peña Nieto continúa gobernando el Estado de México, a pesar de la represión en Atenco. Igual sucede con Francisco Ramírez Acuña con la represión de jóvenes en 2002 en Guadalajara. Felipe Calderón, ¿no estaba informado de la entrada, violaciones sexuales y a los derechos humanos, golpes y agresiones contra el pueblo oaxaqueño cuando la Policía Federal Preventiva entró en apoyo de Ulises Ruiz?, y Fox, ¿cuándo será procesado?, ¿cuándo serán castigados estos represores? No cabe duda, debemos aprender de lo que hoy está sucediendo en Argentina.

El rechazo al placazo y marchas

El rechazo al placazo ha sido inusitado. El gobernador ha acumulado prontamente varios medidas que han producido descontentos sociales, los cuales se han manifestado de manera halagüeña en constantes muestras de repudio a la medida del reemplacamiento que es, sin duda, injusta. ¿Por qué no se bajan los sueldos los altos funcionarios e implantan un programa de austeridad en lugar de cargarle la mano a los automovilistas? Ésta es la gran interrogante.

Por lo pronto, habrá varias manifestaciones en contra del placazo:


1. Domingo 28 de octubre, 10:00 de la mañana, de la Glorieta de la Minerva a la Plaza de las Sombrillas, por la Vía Recre-activa (avenida Vallarta).

2. Sábado 3 de Noviembre, 10:00 de la mañana. Marchas que parten de diferentes puntos de la ciudad, todas con dirección a Palacio de Gobierno. Salen de la Glorieta la Normal, de avenida Vallarta y Chapultepec, del parque Agua Azul y de la Plaza de la Bandera.

3. Viernes 9 de noviembre, 10:00 de la mañana. Salida de la Normal rumbo al Congreso del Estado por avenida Alcalde.

Existen varias imágenes que pueden servir para mostrar el rechazo al placazo. La primera es muy conocida, pues ya se está repartiendo entre los automovilistas. La segunda la recibí de un proyecto periodístico llamado "Proyecto C".



miércoles, octubre 24, 2007

El petróleo, el placazo y el gasolinazo: misterios

Jorge Gómez Naredo

En Jalisco

Emilio González Márquez dice que el cobro de nuevas placas será la solución a todos los problemas del Estado, que con las ganancias se podrá hacer todo, o casi todo, o quizá un poquito menos que todo, pero que se hará mucho, que con mil 200 pesos que los automovilistas den (y conste que yo no soy automovilista), se harán maravillas: se terminará todo lo que no se ha terminado, se iniciará todo lo que no se ha iniciado. Bondades y más bondades. Una especie de panacea que fue ideada en la cabeza de ese gobernador bonachón que, de tan buena gente, le regaló más de 60 millones a Televisa.

En México

Felipe Calderón mandó una iniciativa para imponer un nuevo gravamen a la gasolina. Subió todo cuando en el Congreso se aprobó la iniciativa. Entonces, asustado de una pronta caída (desestabilización, protesta social y carestía), Calderón decidió aplazar el incremento para enero. Claro, acompañó dicha mediada (el aplazamiento) de una campaña publicitaria donde el chaparrito, de lentes y medio calvo, dijo que él era héroe, que él beneficiaba a todos y que un incremento en la gasolina, salido de no sabe qué lado (aunque todos sabemos que él fue quien lo propuso), era enemigo de la patria y que él, él solito, él nomás, lo iba a detener unos meses para que no se agravara la situación social y económica del populacho. En enero, cuando está planteado entrar en vigor el “gasolinazo”, las cosas estarán peores, pues es en esa época cuando más y más carestía hay en las familias mexicanas. Pero bueno, si la tele dice que ese señor chaparrito y de lentes es un héroe, habrá que creerle, ¿no?

Y el dinero del petróleo

El precio del barril del petróleo ha subido de manera constante durante los últimos años. Si un país vende petróleo (que le sale más o menos barato extraer del subsuelo) a precios caros, lo lógico es que ese mismo país reciba mucho dinero y que los gastos de extracción sean pocos. Es decir, tendrá ganancias estratosféricas. Además de ello, el petróleo no es cualquier mercancía: es un elemento vital para del desarrollo de cualquier economía, por lo cual tiene una especie de “plus”, una carta para negociar con las demás economías (países) y sacar grandes beneficios para el vendedor. Esto, extrañamente, no sucede en México. Por ejemplo, Irán y Venezuela han sabido manejar esa carta en beneficio de sus respectivas economías y pueblos. ¿Por qué México no hace lo mismo?, ¿por qué quiere vender una de las empresas que hoy son de las más redituables del mundo? Es un misterio que no es tan misterio si conocemos a la clase política panista entreguista y, debe decirse, medio inútil (o un mucho inútil). A continuación una gráfica del los incrementos en el precio del petróleo que extraje del diario francés (fundado por Jean Paul Sastre) Libération


Consideraciones

Es inexplicable por qué un país que tiene excedentes inusitados con la venta del petróleo, piense en incrementar el impuesto a la gasolina (cargar a la población una subida en los ingresos) y en vender a una empresa paraestatal que le da grandes dividendos. Es igualmente inexplicable que un Estado (como es Jalisco, que recibe, según esto, parte de los excedentes el petróleo), piense en cargar la mano a los automovilistas. No cabe duda, vivimos en un país donde nade se explica si no partimos de la inutilidad de la élite política panista y de la ineficacia de los gobiernos estatales (como el caso de Jalisco).

lunes, octubre 22, 2007

Artículo El Occidental 22/10/2007

El placazo y las declaraciones de Javier Gutiérrez Treviño

Jorge Gómez Naredo

La clase política local panista se ha declarado a favor del llamado “placazo”, es decir, de cobrar cada tres años mil doscientos o más pesos a todos los propietarios de un automóvil por el cambio de placas. Emilio González Márquez, que es el máximo impulsor de esta medida, ha defendido en cuanto foro se presenta este impuesto. Dice que si se acepta, Jalisco será mejor, será único, será “uno”, como rezan los eslogans de las campañas propagandistas de superación estatal (una variante de la superación personal o felizología, pero en colectivo). Que con el dinero recaudado se harán faraónicos proyectos, se sacará del atraso a muchísimas regiones del interior del Estado, se concretarán proyectos que llevan años esperando su conclusión (como la terminación del Periférico), en fin, que con esos mil doscientos pesos que los dueños de los automóviles darán, Jalisco prontamente se convertirá en un Estado de primer mundo.

Las declaraciones de los integrantes del gabinete estatal han seguido el mismo tenor del gobernador: Fernando Guzmán Pérez Peláez, el conservador secretario general de gobierno, adujo: “Si queremos generar el impulso que Jalisco necesita hace falta, hacen falta esos [dineros del placazo] y más, yo creo que el gran reto que tenemos como Estado es buscar los recursos financieros y en todos los ámbitos”. Quizá, en esta tónica, podría el Estado comprar aparatos para encontrar tesoros enterrados, pues, “el reto” es obtener recursos “en todos los ámbitos”. Óscar García Mazano, secretario de Finanzas, maestro en Administración por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (¿de dónde más podrían salir los neoliberales que gobiernan con las siglas del PAN?), fue más allá y concibió el canje de placas cada tres años como un proyecto integral, de crecimiento para el Estado, que nos salvará de la pobreza, de la carencia de recursos para desarrollar regiones paupérrimas y de la falta de infraestructura en todos los ámbitos. En un tono triunfal, hasta imaginó un diseño de placa: “A mí, Óscar García Manzano, me encantaría hacer una placas especiales para los Panamericanos, me gustaría ver unas placas con balones de fútbol o con nadadores o con clavadistas”. ¡Qué bonito gobierno que se preocupa porque las placas tengan sus baloncitos para enorgullecernos de la grandeza del Estado y sus juegos Panamericanos!

Sin embargo, la más absurda y clasista declaración no la realizó un funcionario público (como suele ser), sino un empresario. Javier Gutiérrez Treviño, coordinador del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco, arguyó “en realidad es una miseria lo que nos va a costar eso [el placazo]: mil 200 pesos a los que tenemos un automóvil por tres años [sic]. Los que tienen un automóvil, en cualquier esquina, dan un peso a una persona que llega y les toca el cristal”. Vaya manera de concebir la realidad económica de los jaliscienses. Gutiérrez Treviño piensa desde su condición de clase, de empresario, de rico: no entiende que para muchas personas que no tienen auto último modelo simple y llanamente mil 200 pesos es una cantidad que implica vejaciones en su economía. Aduce que dicha cantidad es una miseria, entonces, ¿por qué muchos empresarios tienen en la miseria a sus trabajadores pagándoles el salario mínimo, es decir, 1,500 pesos al mes?

La declaración de Gutiérrez Treviño lo único que demuestra es su ignorancia de la situación de muchos, de cientos de miles de personas que viven al día, para los cuales mil pesos es un desfalco, pues hay que sumar, además, los aumentos, que partir del anuncio del incremento a la gasolina, se han generalizado en muchos productos. Vaya empresarios jaliscienses, tan alejados de la realidad social y económica de los ciudadanos y tan pero tan distantes de sus trabajadores. Con estas declaraciones se entiende la mezquindad con la cual actúan cientos de empresarios y se explica por qué millones de mexicanos simple y llanamente viven en la miseria. Sí, esa misma miseria de mil 200 pesos.

domingo, octubre 21, 2007

Artículo La Jornada Jalisco 21/10/2007

A propósito del placazo

Jorge Gómez Naredo

En tan sólo un año las nuevas administraciones panistas han logrado lo que parecía imposible: que una parte de la sociedad jalisciense comience a manifestarse y a realizar acciones de inconformidad por medidas que se perciben como erróneas. Además, han logrado unir caminos que parecían separados, luchas distanciadas. Por ejemplo, hay disconformidad por parte de los peatones por el viaducto López Mateos al igual que hay un rechazo generalizado por el reemplacamiento por parte de los automovilistas.

En una encuesta realizada por Marketing 2000, nueve de cada diez automovilistas rechazan el cambio de placas anticipado, pues lo consideran un abuso de las autoridades. Cuatro de cada diez personas buscarían manifestarse, ya sea a través de los medios de comunicación o de alguna otra medida, como marchas. Es decir, el intento de cobrar anticipadamente y cada tres años mil 200 pesos por un juego de placas ha calado hondo en los automovilistas y esto ha despertado, de cierta manera, a una ciudadanía que está acostumbrada a no pensar en manifestarse, a decir sí a todo y a seguir votando por el mismo partido que la expolia y la explota.

El placazo ha mostrado nuevamente la insensibilidad de la élite panista hacia el pensar de buena parte de la población. Venden el impuesto como una panacea, un proyecto integral para sacar a Jalisco del subdesarrollo: con él todo, sin él, nada. Una estrategia de convencimiento maniquea que busca idealizar los recursos obtenidos del reemplacamiento y estigmatizar a aquellas personas que lo rechacen como enemigos de Jalisco porque no buscan el progreso, porque impiden que el Estado sea “uno” (siguiendo los eslóganes de la costosísima campaña publicitaria de superación personal en su variante colectiva).

Lo verdaderamente preocupante no es el placazo, una medida que afectaría a muchos automovilistas que no son de la clase alta para considerar (como lo ha hecho Javier Gutiérrez Treviño, coordinador del Consejo de Cámara Industriales) mil 200 pesos como una “miseria”. Eso no preocupa, lo alarmante es la sistemática manera de comportamiento del PAN y los gobiernos que emanan de él (muchas veces con la venia del PRI y otras con la del PRD, un partido que en Jalisco tiene poco de izquierda y mucho de oportunista).

González Márquez ha donado más de 67 millones de pesos a una empresa privada (Televisa) para un evento que hoy se ha olvidado y que no forjó “líderes” en una semana, como manifestó González Márquez. Nada pasó, el dinero se dio, se perdió, y nadie ha sido castigado por ese desvío de fondos. Tampoco se ha actuado en contra de Tomás Coronado Olmos, que sigue despachando de procurador y funge, al mismo tiempo, como el encargado de decir si él mismo está o no implicado en actos de corrupción de menores. Jorge Vizcarra, alcalde panista de Tonalá, inmiscuido en escándalos de corrupción y de asesinato, sigue muy contento, pues sabe que no habrá castigo: hay acuerdos arriba, y la justicia, ah, la justicia, no se aplica en las élites. En Zapopan se incrementan los salarios a los altos mandos y a los trabajadores de base se les niega con el típico argumento de “no es viable”.

Todo preocupa y todo hace que pensemos que la élite política jalisciense ha perdido el rumbo desde hace tiempo, que no hay sintonía con las demandas, con el pensar y el sentir del pueblo. El placazo es un eslabón más, una insensibilidad más. ¿Por qué no pensar en disminuir los sueldos de los altos funcionarios, en ahorrar, en eliminar todos los viajes al extranjero, en gastar menos en comilonas y francachelas, en tener austeridad en todas las facetas del gobierno?, ¿por qué no pensar en eso?

En tan sólo un año el gobierno de Emilio González Márquez ha despertado varias inconformidades. No es que los gobiernos anteriores no lo hubieran hecho, pero en este caso se ha demostrado claramente cómo la élite panista (en muchos municipios y en la misma administración estatal) cada día se corrompe más, cada día muestra mayor lejanía del pueblo, sí, a ese pueblo al que no conoce, que no le interesa. El pueblo que precisa decir “ya basta” y un “hasta aquí”. Un pueblo que necesita organizarse, manifestarse y perder el miedo a que otros, los de arriba, lo insulten y lo tachen de holgazán. Sí, hace falta mucho pueblo, demasiado pueblo, un montón de pueblo para que la derecha, encabezada por el PAN (y también por el PRI y unas veces por el PRD) deje de explotarlo. Ojalá que pronto suceda eso y que oigamos con orgullo que en Jalisco, el pueblo es quien manda.

lunes, octubre 15, 2007

Arículo El Occidental, 15/10/2007

Cállate chachalaca y el que se va, se calla

Jorge Gómez Naredo

La semana pasada, el gris ex gobernador de Jalisco y actual, también gris, secretario de gobernación, Francisco Ramírez Acuña, fue utilizado como emisario de Felipe Calderón para decirle, vía medios de comunicación, un mensaje a Vicente Fox: “el que se va, se calla”. Esta expresión, sin duda, trae a la memoria la dicha, durante la campaña presidencial de 2006 por Andrés Manuel López Obrador: “cállate chachalaca”. Ambas se refirieron al político ranchero de Guanajuato. Hay, sin duda, grandes diferencias entre estas dos frases, los contextos que las originaron y las consecuencias que tuvieron. Veamos.

Durante más de tres años, desde la presidencia de la república (encabezada por Vicente Fox), se atacó a Andrés Manuel López Obrador. Un día sí y el otro también se le conceptualizaba como populista y se le estigmatizaba por “dilapidar” los recursos públicos: que según decían desde Los Pinos, debían ser invertidos en “fomento” a la productividad y no en medidas “erróneas”, como dar una pensión mensual a los ancianos de la ciudad de México, un apoyo económico a las madres solteras, becas a niños de escasos recursos económicos, etcétera. El gobierno encabezado por AMLO fue acechado siempre, sin misericordia: el desafuero fue sólo la culminación de dicha estrategia.

Cuando se iniciaron las campañas para la presidencia de la república, Vicente Fox se comportó como el líder de la campaña de Calderón (aunque en el fondo estos dos personajes se odien con bastante visceralidad), cometiendo el delito de intervenir claramente a favor de un candidato. El Instituto Federal Electoral no impidió que Fox se comportara como candidato y no como presidente. Se estaba incurriendo en un delito y nadie hacía nada. Andrés Manuel López Obrador, en uno de sus mítines, le espetó a Vicente Fox un “cállate chachalaca”. Lo dijo con todo derecho, pues el guanajuatense estaba vulnerando los pequeños avances democráticos en el país (que tanto y tanto trabajo costaron establecer). El “cállate chachalaca” fue dicho por el bien de la democracia y de la limpieza en el proceso electoral. Quizá fue rudo, sí. Quizá no era la manera, sí, pero era necesario. Dicha frase se interpretó como una afrenta a la democracia y a la libertad de expresión por los comunicadores apegados al panismo (que son ahora casi todos); algunos (muy doctos ellos) hasta hablaron del “efecto chachalaca”. En Televisa se hicieron programas sobre el tema. En fin, fue considerado como “el grave error” de AMLO, el motivo por el cual (decían) iba a perder la presidencia.

Ahora bien, con la expresión “el que se va, se calla”, el oscuro Francisco Ramírez Acuña sí atenta contra la libertad de expresión: ¿quién dice que un ex-presidente no puede decir barrabasadas y estupideces?, ¿qué ley se lo prohíbe? No es presidente ya ni debe guardar neutralidad en elecciones. Es un ex-presidente que puede decir lo que se le dé la gana. La frase de “el que se va, se calla”, sí representa un atentado contra la libertad de expresión: ¿quién es el secretario de gobernación para decir que un ciudadano (como se supone es Fox) debe callarse, que no debe hablar de nada relativo a la política. Además, la frase se inserta en el pasado priísta, pues era una ley no escrita que un presidente no debería hablar después de terminado su sexenio. La frase fue un claro mensaje de Calderón a Fox.

No cabe duda que los contextos de las frases son distintos. El “cállate chachalaca” se justifica porque la “chachalaca” hacía referencia nada más y nada menos que a un presidente interviniendo en un proceso electoral, es decir, violando la ley. Por ello no atentó contra la libertad de expresión sino que reforzaba el estado de derecho. En el caso de “el que se va, se calla”, se atenta contra el derecho que tiene Fox de decir sandeces, porque, ¿quién es Ramírez Acuña para callar a un ciudadano? Fox no viola, en este caso, ninguna ley (ha violado muchas, pero con decir disparates no infringe legislación alguna). El problema, claro está, es que en Los Pinos tienen miedo de que, un día, al lenguaraz Fox, se le salga un “y cuando hicimos el fraude”. Ahí sí que hay delito.

domingo, octubre 14, 2007

Artículo La Jornada Jalisco, 14/10/2007

Organización y apatía sociales en Jalisco

Jorge Gómez Naredo

En días pasados, en varios periódicos locales, en especial en La Jornada Jalisco, se ha discutido la degeneración de la clase política jalisciense entendida no como un proceso que solamente muestra la venalidad de los integrantes de una élite, sino como un mal producido por el mismo sistema económico, electoral, partidista y de gobierno.

Rubén Martín, Rafael Sandoval y Jorge Rocha han analizado, desde diferentes perspectivas y tocando diversos temas, la degeneración de la clase política no como excepción o desviación de un grupo limitado y focalizado de funcionarios públicos sino como un síndrome del sistema político actual. Es decir, el Estado y sus representantes como los encargados de mantener la reproducción del capital (el establecimiento y cuidado del capitalismo) y el dominio a las clases subalternas. Este tema da para muchas y profundas reflexiones, no cabe duda. Sin embargo, una cuestión que debe tomarse en cuenta es cómo se explica todo lo que sucede a nuestro alrededor a través de esta concepción, es decir, ¿cómo entender la corrupción en Tonalá, en Zapopan, en el estado de Jalisco, basándonos en esta interpretación?, y también, ¿cuáles son las medidas que se deben emprender para que esto no siga sucediendo, para que un día no existan en México y en Jalisco tantas injusticias, tanta desigualdad?

La organización de la sociedad debe analizarse, pero no se debe partir de la idealización de una ciudadanía como algo dado y perfecto. Es decir, no podemos pensar en la sociedad organizada (y menos en Guadalajara) como algo idílico, que se mueve, que va. El sistema político neoliberal implica que la sociedad esté desmovilizada y despolitizada, que no se relacione con lo que pasa; con ello se atrofian los sentimientos de solidaridad y se apela a la repartición del ingreso a través de organizaciones de beneficencia pública (la iniciativa privada). El Estado, subyugado por los grandes capitalistas, pierde su primacía o hegemonía respecto al capital y queda restringido a lo más mínimo en lo relativo a seguridad social, redistribución, etcétera: el mercado es el Dios.

A partir de esto, debemos plantearnos conflictos en específico y explicarlos. Por ejemplo: el viaducto López Mateos. De un día para otro, la Secretaría de Vialidad y Transportes decidió, para solaz de los automovilistas, que una avenida debía convertirse en una vía rápida, sin semáforos ni pasos para peatones. Quienes son beneficiados de esta “inteligente” medida son los automovilistas de zonas residenciales. Es decir, los que se transportan de una colonia popis a otra colonia popis, de una casa popis a una universidad popis. El peatón queda relegado y marginado. El auto, símbolo de la industrialización (una industrialización, debe decirse, de mediados de siglo pasado), es manejado por las autoridades como elemento de mayor primacía para la movilidad urbana. El transporte público y el no motorizado no son vistos por las autoridades como soluciones, porque a dichas autoridades, que representan a un estado clasista y discriminador, no les interesa la población que no se transporta en automóvil, es decir, la inmensa mayoría en esta ciudad.

¿Cuál ha sido la respuesta de la sociedad organizada?, ¿cuántos se han manifestado? Pocos. Todo ello porque en principio no hay una organización cotidiana y porque la solidaridad no es una constante en la sociedad tapatía. Lo mismo hemos visto en Tonalá: ¿cuántas manifestaciones, condenas públicas u otras estrategias de lucha ha tenido la sociedad tonalteca y jalisciense para con los graves casos de corrupción del alcalde y sus allegados, del PAN? Nada, silencio.

¿Qué está pasando entonces? No podemos apelar a la movilización proletaria que derrocará rápidamente al capitalismo e instaurará un régimen justo aquí y ahora. Las condiciones, si no están dadas, no se darán en este momento. Pero tampoco podemos dejar de luchar por conquistar una de las migajas que el capitalismo dice dar: la democracia participativa. Atilio Boron, filósofo y sociólogo argentino, arguye en su libro Estado, Capitalismo y democracia en América Latina: “un análisis incorrecto suele conducir a una derrota en el campo popular; una evaluación precisa y acertada es una condición necesaria para su eventual victoria”. No podemos mentirnos y creer que las grandes movilizaciones del proletariado y de la sociedad civil organizada jaliscienses vencerán rápidamente, pues en realidad son pocas, reducidas y desperdigadas. Tenemos que comenzar a pensar por qué, cómo, y bajo qué medidas estratégicas de discurso (como sería la “Gran Alianza por Jalisco” que es en realidad una junta de unos pocos para decidir lo que no se llevará a cabo) el gobierno pretende desmovilizar y mantener a la mayoría de la sociedad acallada, sin sentimientos de solidaridad y sin intenciones de cambiar las cosas. ¿Cómo se da este proceso?, es una de las preguntas que, sin duda, debe plantearse y tratar de corregir sus consecuencias, porque si no, ¿qué podemos esperar de un Jalisco tan apático socialmente?

sábado, octubre 13, 2007

Dos gigantes del Uruguay

Dos gigantes del Uruguay: No vale decir más palabras, las imágenes, las letras, lo dicen todo.

Maldigo a la poesía....

Una poesía de Gabriel Celaya, en voz de Paco Ibáñez. ¡Escuchar, escuchar, escuchar!: "Maldigo a la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales".

viernes, octubre 12, 2007

Bandidos Rurales

León Gieco, en 2001, sacó un disco que se llamó “Bandidos Rurales”. La canción que le dio título al álbum, es un recorrido histórico por los bandidos más importantes del cono sur. Sin duda, es una de las mejores canciones del genio de Gieco. Aquí el vídeo.

La memoria, de León Gieco

“La memoria” es una de las canciones de León Gieco más impresionantes, más llenas de alma, de amor, de impotencia. Es un camino histórico de América Latina, del mundo, de la injusticia que vivimos, que seguimos viviendo, que estamos resistiendo. Este vídeo, que tiene como fondo la canción de “La memoria” de León gieco, tiene imágenes importantes, los que han sangrado a nuestros países latinoamericanos, los dictadores, los gobiernos militares, los adalides del neoliberalismo. Pero también hay imágenes de los sueños, de las utopías, de quienes representan la resistencia, como el Che y como muchos otros que salen a las calles para protestar, para luchar por causas justas, para ser solidarios.

En la parte de la canción de Gieco donde menciona “represión estudiantil en México”, aparecen imágenes de la represión de 1968 y de la reciente, cuando la Policía Federal Preventiva entró a Ciudad Universitaria en la huelga estudiantil más larga que ha tenido la UNAM.



Para la vida, una canción de León Gieco

Un vídeo de León Gieco, de una canción que se llama “Para la vida”. Esta es una rola que es muy difícil de conseguir en México, pues es parte de la banda sonora de la película “Iluminados por el fuego”. Dicho film fue dirigido por Tristán Bauer, con un guión del mismo Bauer y de Miguel Bonasso (escritor, periodista y diputado argentino), Edgardo Esteban y Gustavo Romero Borri.

La película aborda el tema de la guerra de las Malvinas, y es una obra verdaderamente magistral. Además de la canción de Gieco (una, según mi opinión, de las mejores canciones del trovador argentino), tiene música de Federico Bonasso (hijo de Miguel), quien formó en los años noventas un grupo de rock en México –El Juguete rabioso, en clara alusión a la novela de Roberto Arlt– cuando su papá estaba exiliado en este país.

Para ver una nota relacionada sobre Miguel y Federico Bonasso y de "El Juguete Rabioso", haz clik aquí

lunes, octubre 08, 2007

Artículo El Occidental 08/10/2007

Radio AMLO y la falta de acceso a los medios de comunicación

Para Javier Palou y Gerardo Oviedo, por la tenacidad y la constancia

para Alejandra Hidalgo, por iniciar la batalla

Jorge Gómez Naredo

En México no existe equidad en el acceso a los medios de comunicación. Esto es claro, clarísimo. Las televisoras, que últimamente tanto han defendido la “libertad de expresión”, cierran sus espacios a la mayoría de personas disconformes con el sistema, con los gobernantes o con las mismas televisoras. Los grandes consorcios mediáticos (especialmente los electrónicos) por un lado se autonombran y autodefinen como luchadores en contra de cualquier censura, y por el otro, censuran todo lo que no conviene a sus intereses políticos o económicos. Todo esto quedó demostrado en las elecciones de julio de 2006. Cientos de miles de personas salieron a las calles de la ciudad de México, procedentes de toda la República, para pugnar por un recuento voto por voto. Televisa y TV Azteca no dijeron gran cosa de estas manifestaciones multitudinarias, sin duda las más grandes en la historia política de México. Las voces de los disconformes no se escucharon en las pantallas de televisión ni en la mayoría de las estaciones de radio. Era el cerco informativo impuesto por los oligopolios televisivos y radiofónicos al movimiento lopezobradorista.

Ante dicha censura de facto, nació hace ya más de un año un proyecto alternativo llamado Radio AMLO, el cual comenzó a transmitir vía internet en junio de 2006. Poco a poco se fueron adhiriendo a dicho esfuerzo muchos locutores de varias latitudes: Chicago, San Luis Potosí, Puebla, Distrito Federal, Guadalajara, Baja California Sur, Tabasco, Guanajuato, Europa y un sinfín de lugares más. Es decir, la estación está en todas y en ninguna parte a la vez. Después de un tiempo, quienes forman parte de este proyecto, decidieron ir más lejos y pensaron en lanzar Radio AMLO en 99.9 de Frecuencia Modulada (FM), en la ciudad de Puebla. Se hicieron grandes esfuerzos económicos, se compró un transmisor y se iniciaron las transmisiones de prueba hace tres semanas.

En días pasados, las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), sin avisar con antelación y con gran celeridad, llegaron a la cabina de Radio AMLO ubicada en el centro de Puebla y clausuraron los aparatos en los cuales se hacían las señales de prueba. De una manera prepotente, ocho esbirros de la SCT intentaron llevarse los aparatos, pero la defensa de los locutores de Radio AMLO se los impidió.

No cabe duda que para las autoridades federales (y locales), un intento de una radio crítica e informada es una idea que los atemoriza. Por eso clausuran sin ningún sustento legal, pues Radio AMLO no transmitía las 24 horas, sino que solamente realizaba las pruebas necesarias para formar un expediente y pedir una concesión.

Este hecho, sin duda, demuestra la falta de acceso equitativo a los medios de comunicación y la violencia de un gobierno ilegítimo que se siente amenazado. Mientras los grandes consorcios mediáticos tienen todas las bondades y reciben un trato privilegiado, los proyectos alternativos y plurales, son amedrentados y castigados sin sustento.

Pero esto no detendrá el esfuerzo de quienes encabezan el proyecto de Radio AMLO. Continúan transmitiendo por internet (http://www.radiamlo.org) y pronto, seguramente, lo harán en FM. Y esto se logrará porque es necesario, porque ya son insoportables los cercos informativos, porque la lucha por la democracia y en contra de la usurpación de un presidente que no ganó las elecciones es una batalla que debe emprenderse. Porque hay tantas cosas que no se dicen en los medios de comunicación tradicionales y que necesitan decirse. Porque Radio AMLO, aunque nació para dar a conocer noticias sobre López Obrador, ha ampliado sus miras y funge, para cientos de personas, como una estación de radio donde se puede conocer lo que arriba, los de arriba, no dicen. Y porque Radio AMLO, simple y llanamente, representa la resistencia ante las injusticias, ante las desigualdades, ante la falta de oportunidades de millones de mexicanos. Por eso Radio AMLO continuará, porque es un compromiso con la democracia, porque es un imperativo y porque lo precisa el país.

domingo, octubre 07, 2007

Artículo La Jornada Jalisco 07/10/2007

A propósito del sistema político actual y la corrupción panista

Jorge Gómez Naredo

El jueves pasado, en un diario local, Rubén Martín escribió un reflexivo artículo sobre las instituciones y los panistas jaliscienses. Ahí consideró errónea la concepción que ve al panismo y a su accionar como corruptos mientras las instituciones son consideradas como impolutas: “en realidad dichas instituciones y prácticas se crearon para ser lo que son: instrumentos políticos en manos de camarillas que buscan permanecer en el poder; y la clase política debe verse como un grupo de profesionales que se dedican ante todo a permanecer en el poder, sin importar principios y compromiso con los electores”. Es decir, no es que los panistas se hayan corrompido al llegar al poder, sino que es a lo único podían llegar, a lo que estaban destinados a arribar, pues el sistema político liberal así está planteado (además, nunca tuvieron ni tienen tintes de modificar radicalmente el estado de cosas). No es cuestión, pues, de “malas personas” en “instituciones buenas”.

No cabe duda que Rubén Martín rebasa las interpretaciones en las cuales se observa a las instituciones como algo positivo, benéfico para el conjunto de la sociedad. Es importante esta reflexión de Martín porque nos muestra que las instituciones no son, como se ha querido pensar y como se ha manejado, entes que por el simple hecho de existir son provechosos. Dentro de varias corrientes de pensamiento social, se observa a las instituciones como instrumentos de dominación que han sido creadas y son sostenidas para que una clase social privilegiada tenga el dominio y pueda, desde dicho dominio, continuar la explotación de las clases subalternas, legitimarse como poder expoliador y garantizar los principios liberales y/o neoliberales.

La defensa de las instituciones y de la institucionalidad (tan socorrida por el gobierno ilegítimo que ahora está despachando desde el ejecutivo federal) es la defensa de un grupo privilegiado que no solamente es político, sino también económico. Es decir, la institucionalidad significa la permanencia del statu quo, de los empresarios corruptos que se enriquecen al amparo de la pobreza de millones de mexicanos que carecen de lo más indispensable. La defensa férrea de lo institucional es la defensa del hombre más rico del mundo en un país con más de 60 millones de pobres, es la aceptación de un sistema económico que en lugar de mejorar las condiciones de vida de la población, de redistribuir equitativamente el ingreso, hace lo contrario: agrava las desigualdades.

En Jalisco, como bien lo menciona Rubén Martín, el PAN no solamente es el partido que nace como una esperanza y se convierte en un organismo político-gobierno caótico, protegiendo a un Procurador estatal involucrado en casos de pederastia y a un ex Gobernador (ahora Secretario de Gobernación) violador sistemático de los derechos humanos. Es más complejo el asunto: las instituciones son una forma de dominación y quien aspira a ellas, de una u otra manera, no se plantea el bien común (salvo honrosas excepciones), sino la dominación, los privilegios políticos y el continuismo de un estado de cosas.

El escándalo en Tonalá es de por sí denigrante: se venden puestos políticos (o se intercambian por apoyos electorales) y quienes supuestamente estaban encargados de mantener el “estado de derecho”, mandan asesinar a sus competidores. Este caso no es solamente el símbolo de la decadencia clara de un partido político, sino el deterioro de un orden político que en lugar de buscar lo ético y la mejora social, sirve como trampolín para la búsqueda denodada de poder, de beneficios políticos y económicos. Es el sistema: todos se adaptan a él y pocos tratan de modificarlo o reformarlo.

No cabe duda que Rubén Martín tiene razón cuando concluye: “un análisis crítico de la política en Jalisco (y por supuesto en el mundo) debe considerar en serio que lo que no funciona es el orden político liberal en su conjunto, y no centrarse en las ‘malas personas’ que corrompen las nobles instituciones”. Esta concepción, sin embargo, no debe erradicar las culpas que tienen los panistas, los delitos que, dentro del marco político-jurídico que nos rige (que está, sin duda, en decadencia), han cometido: los castigos son necesarios y merecidos. Hacer lo contrario sería, de cierta manera, exonerar a los panistas argumentado la decadencia del orden político actual.

No cabe duda, y este es un punto que debe resaltarse, que la única salida a la desfachatez de quienes gobiernan y al agotamiento del tradicional sistema político mexicano es el poder de la ciudadanía, la organización de la sociedad. Poco a poco se está dando, hay ejemplos: la resistencia civil pacífica en contra de la usurpación y en contra de “sus instituciones”, como lo mencionó Andrés Manuel López Obrador o, a nivel local, la unión de muchas organizaciones ciudadanas en el Colectivo de Organizaciones Ciudadanas por el Agua (COLOCA). Aunque no se avance a pasos agigantados, hay esperanza.

Quienes desde arriba defienden a las instituciones y al sistema político actuales, son los mismos que, como en la Procuraduría de Justicia del Estado o en el Ayuntamiento de Tonalá, se benefician de la de caducidad y mal congénito de un sistema para hacerse cada día de más poder y para proseguir con la explotación de las clases subalternas, es decir, de todos los pobres de este país. Son congruentes, no cabe duda: defienden la corrupción desde su propia corrupción.

lunes, octubre 01, 2007

Artículo El Occidental, 1 / 10 / 2007

El verdadero problema en el “viaducto” López Mateos

Jorge Gómez Naredo

Según la visión de quienes han gobernado Jalisco en estos últimos años, el auto es una especie de Dios no criticable al cual se le debe abrir grandes avenidas para que vaya y regrese rápidamente. El carro como principio y fin de la viabilidad de un proyecto de movilidad urbana. Autos y más autos, entre más modernos, más lujosos, más grandes, mejor: todo auto, siempre auto. Pequeños grupos sociales (con capacidad económica para adquirir vehículos privados) y gobierno (que está integrado por esos mismos grupos sociales pudientes) se unen y planean proyectos para hacer de Guadalajara una ciudad moderna. Piensan y piensan y son aleccionados por decenas de sesudos asesores y gritan, “sí, sí, sí, eso es lo mejor”, y entonces anuncian que harán más vías rápidas para que las zonas en donde viven (que son zonas, digámoslo, de “gente bien”) estén dotadas de vías rápidas para que las surquen sus grandes y lujosos autos.

El concepto clase social se ha escondido en el ámbito académico (salvo honrosas excepciones) y, en el político, la burla es constante cuando se osa mencionarlo. Pero en la construcción de la ciudad, quieran o no lo quieran los académicos posmodernos y los no tan sesudos políticos, existe una separación de clases que produce discriminación, racismo, exclusión y marginalidad. Un nuevo episodio de esta división entre quienes tienen y no tienen, es la idea de hacer de avenida López Mateos un viaducto para que quienes salgan de una colonia popis, puedan llegar rápidamente a otra colonia popis.

La Secretaría de Vialidad y Transporte, los fines de semana, ha implantado en la avenida López Mateos, de Las Rosas hasta Periférico, una especie de viaducto para que los autos puedan trasladarse rápidamente. Ello ha causado molestia entre varias organizaciones civiles y, especialmente, entre los peatones que ahora tienen unos cuantos segundos para cruzar la avenida, arriesgando, claro está, sus vidas.

Un viaducto o vía rápida representa una inversión mayor y no debe ser una ocurrencia de uno o dos funcionarios públicos. Avenida López Mateos no tiene la infraestructura de los viaductos Lázaro Cárdenas, en la ciudad de Guadalajara, o de Tlalpan, en la ciudad de México. Es una irresponsabilidad tratar de erradicar con medidas absurdas y peligrosas el fracaso que significó la “gran inversión” en vías rápidas en el sexenio pasado, con ese gobernador que todo lo que toca lo transforma en caos (y si no, vean cómo está hoy la Secretaría de Gobernación).

El problema de esta medida no es la falta de aviso a la ciudadanía en el establecimiento del viaducto. El verdadero problema es la carencia de un proyecto que ponga como fin principal el conformar un transporte público digno, económico y eficaz. Si se tuviera esto en Guadalajara, el uso del automóvil sería menor, pues las personas podrían transportarse rápida y decorosamente en autobús, en tren ligero, en tranvía, en metrobús o en otro tipo de transporte público o privado no motorizado (bicicleta, por ejemplo). Parecería que las autoridades, manejadas la mayoría de las veces por “gente bien”, pudientes, poseedoras de lujosos autos, no piensan en ello y apuestan a hacer más vías rápidas en lugar de potenciar el uso del transporte público.

La “brillante” idea de hacer de avenida López Mateos, de un día para otro, un viaducto, no solamente evidencia la incapacidad de las autoridades para planear una vía rápida (todo a la ligera, sin avisar, poniendo en riesgo la vida de los peatones), sino que, lo principal: demuestra que las autoridades panistas (y priístas y perredistas, porque todos, lo quieran o no, pertenecen a la clase que siempre se transporta en vehículo privado) no tienen idea de cómo hacer de Guadalajara una ciudad con un sistema de movilidad digno, eficaz y que trate de erradicar las diferencias entre quienes tienen auto y quienes, a duras penas, consiguen unos pesos para el trasporte público.

La separación de las clases sociales existe y la lucha entre éstas se manifiesta en medidas como la de establecer un viaducto en López Mateos de un día para otro. Todo esto potencia la marginación de los pobres, los cuales cometen el gran pecado de no ser ricos y, además, incurren en el ingente error de votar por el PAN, el enemigo de clase que se disfraza de amigo en cada elección.