lunes, marzo 19, 2007

El pelele en la mente de un niño pequeño

Camilo Ná
En la pantalla de la tele un pelón, chaparro y de lentes camina junto a una mujer rubia y también de lentes. Dicen los presentadores que son “los presidentes” de México y Chile. Ella va vestida con un conjunto negro; él, de azul, como el color de su partido. Los rodean o los cercan o los acompañan (o quizá sea una escenografía común en la películas de caricaturas) militares vestidos de verde, con armas muy grandotas y bien formados. Me enteré que ella venía a mi país, a México, en visita oficial. Dizque es de izquierda, aunque en la izquierda (hasta en la moderada), no la ven con muy buenos ojos; eso me dijo mi hermano grande que sabe mucho de política y que cada vez que ve la televisión se enoja y grita y dice malas palabras. Mi mamá trata de calmarlo, pero él sigue gritando y un día, cuando aparecía el mismo señor pelón, chaparro y de lentes en una tribuna con mucha gente abajo gritándole y con un montó de señores con trajes defendiéndolo arriba, mi hermano casi rompe la televisión, y dijo palabras muy feas que no quiero recordar, y que el padre de la iglesia dice que están prohibidas por el señor, por Dios. Pero parece que a mi hermano no le importa y también para el padre tiene sus malas palabras, y como el padre no es nada de mí, pues yo apoyo a mi hermano, que es mi hermano y que me cae bien.

Pero esta vez mi hermano se fue con su novia (es decir, mi cuñada) al zócalo a una manifestación de no sé qué. Dice mi hermano que un día me va a llevar a una de ellas, pero como soy pequeño mi mamá no lo deja, aunque yo llore y le diga y le explique y le dé pruebas a mi mamá que no soy pequeño, sino grande, y que los niños grandes, como mi hermano, van a las marchas. Pero ella dice que no y no y no y nadie la hace cambiar de parecer. Pero el caso es que esta noche mi hermano no está, y el señor de lentes, chaparro y pelón, salió en la tele y dijo que era bueno que Chile fuera moderno. Yo no entiendo de eso, pero mi hermano me ha dicho que ese señor chaparro y de lentes y pelón es un “pelele” y un “usurpador”, y aunque no sé bien todavía qué quieran decir esas palabras, yo pienso que sí es un pelele y un usurpador, y además pienso que no me cae bien, como el otro señor que sí me gusta cómo habla y que se llama Andrés Manuel López Obrador: él sí me cae bien, pero este señor chaparro, de lentes y pelón, él no, por eso, como mi hermano lo haría, le comienzo a gritar palabras feas (aunque después el padre me regañe), muy feas y me enojo con él, y mi mamá sale de la cocina (prepara la cena para mi hermano y mi papá que siempre llega cansado de trabajar muy noche) y me dice “no, hijito, no digas eso”, pero ve la televisión y ella también dice malas palabras y es bonito que toda la familia le diga malas palabras al señor chaparro, de lentes y pelón, y a mi me gusta, y a mi mamá parece que también, y no se diga mi hermano y mi papá, que siempre está cansado y siempre trabajando. Por eso me gusta ver la televisión cuando sale ese señor chaparro, de lentes y pelón, porque siempre, todos, le decimos cosas feas y malas, aunque el padre de la iglesia después nos regañe, pero también nos comprende, porque, según me le dijo mi mamá a mi tío, el padre también le decías cosas feas al señor de lentes, chaparro y pelón, y por eso aunque nos regañe, siempre nos perdona y dice que Dios, allá, en el cielo, también le dice cosas feas al señor chaparro, de lentes y pelón. Yo pienso que sí, que Dios le dice eso y por eso Dios me cae bien.