domingo, septiembre 02, 2007

Artículo La Jornada Jalisco, 02/09/2007

Continúa la impunidad: un caso más de violaciones a los derechos humanos

Jorge Gómez Naredo

El 28 de mayo de 2004, en la ciudad de Guadalajara, cientos de ciudadanos (en su mayoría jóvenes), se manifestaron para protestar –con todo derecho– por la tercera reunión de la Cumbre de jefes de estado y de gobierno de América Latina, el Caribe y la Unión Europea. El entonces gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña (que días después “destaparía” a Felipe Calderón como candidato a la presidencia de México y que, en pago a dicho favor, obtendría la Secretaría de Gobernación), ordenó reprimir a los marchantes. Los testimonios de quienes fueron capturados ese día son aterradores: tortura, golpes, intimidación, incomunicación, amenazas y un sinfín de vejaciones más. Organismos defensores de derechos humanos locales, nacionales e internacionales pidieron que se esclarecieran los hechos y se castigara a los culpables. El ejecutivo local no tomó en cuenta las recomendaciones y, en su lugar, premió a los uniformados que participaron en la represión.

El entonces subsecretario de Seguridad Pública del Estado, Filiberto Ortiz Amador, participó en el operativo y, según cuentan los testimonios de quienes fueron capturados, fungió como uno de los más fieros torturadores. A este personaje fácilmente reconocible por padecer problemas de vitiligo (manchas blancas en la piel producidas por la pérdida de células productoras de pigmento –melanocitos–) se le conoce con el apodo de El Pinto. Era común verlo en toda manifestación, siempre acompañado de más de diez efectivos, siempre fiero, siempre intimidador. El 1 de noviembre de 2006 decenas de personas marcharon por las calles de Guadalajara para protestar por la violación a los derechos humanos en Oaxaca. Ese mismo día Ortiz Amador tomó, junto con más de cuarenta antimotines, el quiosco de la plaza de armas de la capital jalisciense. Su sorpresa fue mucha cuando los manifestantes enrollaron el quisco con papel de baño para condenar la ocupación del citado espacio público. Al Pinto se le observó torvo, amenazador: rompiendo el papel con enojo, con rabia, colérico.

El 2 de julio Absalón García Ochoa, ex-subsecretario de Asuntos Internos durante el sexenio de Ramírez Acuña, ganó la presidencia municipal de Ocotlán y nombró, rápidamente, a Filiberto Ortiz Amador como jefe de la policía municipal. Las quejas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) desde la llegada de El Pinto a Ocotlán se han incrementado de una manera alarmante: En 2005 y 2006 la policía de dicho municipio acumuló cinco; en lo que va de 2007 se han recibido 42. El alcalde panista ha apoyado a Ortiz Amador en todo momento. El miércoles pasado, cuando la mitad del cabildo pretendió suspender al jefe policíaco mientras se realizan las investigaciones sobre los casos de tortura, persecución e intimidación, lo salvó el voto de calidad de Absalón García como presidente municipal.

El gobernador de Jalisco, presto a aprovechar los reflectores periodísticos en todo momento, no pudo quedarse callado y dejar que las investigaciones siguieran su curso; raudo, respaldó a Ortiz Amador: “igual [y el aumento de quejas ante la CEDH en Ocotlán] es porque la Policía está cumpliendo con su deber”. Es decir, para González Márquez, que se haya incrementado el número de quejas estrepitosamente no indica que la población esté sufriendo vejaciones, sino que la policía realiza su labor. Podría resumirse su visión de la siguiente manera: quien acude a la CEDH es un embustero hasta que se demuestre lo contrario.

Filiberto Ortiz Amador también se ha defendido. En una entrevista realizada por el reportero de La Jornada Jalisco, Juan Carlos G. Partida, arguyó que ha cumplido su labor de una manera eficiente, pues “el índice [delictivo indica] que ha bajado la delincuencia en Ocotlán un 66% en ocho meses, imagínate de aquí a tres años”. Quizá lo que no entienda El Pinto sea que no se le acusa de no haber combatido la delincuencia, sino de haber cometido violaciones a los derechos humanos.

Es muy difícil hacerles entender a los gobiernos y a los cuerpos policíacos que todos, absolutamente todos los ciudadanos tienen derechos humanos que se deben respetar. El combate a la delincuencia es, sin duda, una labor necesaria y loable; sin embargo, no se puede realizar sin respetar las garantías constitucionales.

Filiberto Ortiz Amador es, sin duda, un ejemplo de la impunidad. El 28 de mayo de 2004 participó en la represión en contra de cientos de jóvenes. No se le castigó y sí se le permitió continuar con los excesos, las torturas, la intimidación y la siempre constante amenaza de formar, de facto, una policía encubierta, secreta. Pero no es el único que sigue libre y sin castigo. Ejemplos hay muchos y, el más emblemático es, sin duda, el de Francisco Ramírez Acuña. ¿Cuándo se castigará al hoy Secretario de Gobernación?, ¿cuándo?

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Es increíble la miopía con lo que usted escribe en este blog. Lo que usted propone entonces, Sr. Gómez Naredo es que siga extendiéndose horizontalmente la mancha urbana con la consecuente destrucción de nuestros bosques. Con la terrible extensión de la mancha asfáltica que, dicho sea de paso eleva impresionantemente la temperatura de la ciudad. Viaje a Los Ángeles y verá el problema de distancias en transporte de lo que usted plantea con su pavor infundado al crecimiento vertical. Y que las firmas inmobiliarias, al no tener sus permisos para un crecimiento vertical ordenado, sigan depredando los pulmones de Guadalajara en sus alrededores y tener una ciudad chaparra, eso sí, con sus muy tapatíos cotos privados sin identidad, sin sentido de pertenencia, con el despilfarro de energía que esto implica en términos de transporte, tremendamente automovilístico. Una ciudadsota como la ciudad de México, extendida horizontalmente hasta el infinito. Ojalá usted viajara un poco más para darse cuenta de cómo funciona el mundo actual, Esta es la ciudad que nos merecemos por gente que piensa como usted. Horizontes Chapultepec es un proyecto estéticamente diseñado, que le ofrece a una nueva generación la oportunidad de vivir su ciudad desde el centro de su historia, de cuidarla más, pues está pagando un precio por ello, de transportarse rápidamente de un lugar a otro, a veces hasta caminando o en bicicleta, una oportunidad desperdiciada de unir identidades, de unir generaciones. La decisión sobre el desarrollo urbano no debe tomarse desde su visión pseudopoética, sino desde la inteligencia y la razón de lo que conviene partiendo desde la idea de que es una ciudad densamente poblada, en base al análisis de los expertos (profesionales: Ingenieros, urbanistas y Arquitectos con experiencia en el campo); la actual administración tapatía ha sido la mejor en términos de imparcialidad y promoción del desarrollo urbano. Precisamente las autoridades tienen la obligación de atender tanto a las asociaciones de colonos como a quienes invierten o son propietarios de predios en la zona (el caso de los constructores) defendiendo los intereses de todos. Entonces si el Tribunal Administrativo le da la razón a desarrolladores de edificios, se debe respetar su fallo correspondiente a un organismo facultado para lidiar con estos temas. También vendría al caso hacer valer la voz de quienes apoyan el crecimiento vertical: una gran mayoría de los tapatíos (70% en la encuesta del Informador –el diario local más importante- aprueban y se entusiasman con el crecimiento vertical).
El desarrollo vertical representa una opción viable para ordenar el crecimiento de la ciudad; desbordado hacia las afueras de la misma, si realizando adecuaciones se pueden instalar edificios altos en el interior de la mancha urbana se le da sustentabilidad y mejor imagen a Guadalajara; además de impulsar la economía. Ante el crecimiento acelerado de las ciudades y su expansión horizontal, los gobiernos no sólo de Guadalajara, sino de muchas metrópolis del mundo, han buscado alternativas efectivas que ayuden a mejorar la urbanización de los habitantes de ciudades densamente pobladas.

La nueva filosofía de las ciudades pobladas está fundada en concentrar a los seres humanos ordenadamente en un sitio: Ya no te metas al bosque, ya no destruyas tu entorno, tus pulmones.

Se ha llegado a la conclusión de que el crecimiento vertical, es decir, la construcción de edificios de departamentos y oficinas, es una solución viable para el mejor aprovechamiento de los espacios urbanos. En capitales Europeas como París, Londres y Madrid es pequeño el porcentaje de personas que viven en casas o en chalets, como lo nombran los españoles; prefieren edificios altos. Las casas ya sólo se utilizan como lugares de descanso a las afueras de las ciudades; inmersos en la sierra, o pequeños pueblos.

Aunque Guadalajara tiene terreno por ocupar, el modelo de una ciudad extendida (al más puro estilo estadounidense) plantea problemas, algunos de ellos muy serios y graves. La contaminación provocada por la mancha asfáltica, la sensible subida de la temperatura, la deforestación y la fealdad de un desarrollo urbano malo además de plano.

El crecimiento hacia arriba no sólo es el futuro por su mejor aprovechamiento de los espacios, sino posiblemente la única realidad que sin proponérselo, vuelva a hacer habitable a la ciudad. Atrás ha quedado el concepto de casas que planteaba Le Corbusier en siglos pasados.

Esta ciudad está mal de la cabeza, quiero ver en 10 años como se va a poner esto con la contaminación generada por los automotores, por el tremendo derroche de energía invertida en transportarse, ¡ah pero eso sí! con sus hermosas casitas céntricas abandonadas y habitadas por nadie, con sus bosques destruidos, con su creciente arquitectura improvisada.
Con su estrés provocado porque no alcanza el tiempo para nada, con sus habitantes enfermos tratando de sobrevivir las distancias.

Usted estará muy feliz porque, en aras de cuidar la supuesta belleza de estos terrenos baldíos llenos de basura, y una casa abandonada que no está ni siquiera catalogada en el libro de propiedades patrimoniales, usted ha puesto hasta en la boca del Secretario de Cultura palabras y conceptos que salen directamente de este blog para impedir el desarrollo de Horizontes Chapultepec. Mi frustración es muy grande porque mi familia y yo adoramos la Colonia Americana, la encontramos como una opción en la ciudad con historia, con sentido de pertenencia. Y no existe una sola casa digna que esté al alcance de una familia de clase media como nosotros en esta colonia, una colonia negada para las nuevas generaciones. Horizontes Chapultepec representaba para nosotros una opción para vivir en la zona más interesante de la ciudad: la más heterogénea. Hoy habitada tan solo por unos cuantos, con una infraestructura subutilizada. Con otros edificios verticales feos que no tienen nada que ver con la estética del proyecto de grupo Lar. Están a punto de impedir su construcción gracias a la negativa de una instancia miope como la Secretaría de Cultura, neófita en desarrollo urbano sustentable y experta en pseudopoesía.

12:34 p.m.  

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