jueves, julio 19, 2007

Artículo El Occidental, 16/07/2007

El país de las sospechas: ¿Explosiones, chinos, millones de dólares, campañas presidenciales?

Jorge Gómez Naredo

¿Por qué Felipe Calderón no quiere debatir con Andrés Manuel López Obrador?, ¿por qué, exactamente un año después de las pasadas elecciones presidenciales, varias explosiones se suceden en instalaciones de Petróleos Mexicanos (PEMEX)?, ¿qué tiene que ver el llamado chinogate, las explosiones, la falta de apertura en los medios de comunicación tradicionales –en especial la televisión– a voces en contra del gobierno de Felipe Calderón y la multitudinaria manifestación encabezada por el ex-candidato de la Coalición por el Bien de Todos el pasado 1° de julio?, ¿por qué Javier Lozano, secretario de Trabajo y Previsión Social, sale raudamente del país a buscar un abogado norteamericano para defenderse de, según él, declaraciones infundadas?, ¿qué pasa en todo este embrollo?, ¿dónde está la verdad, la mentira, la argucia, la corrupción?

Todo resulta extraño porque todo se junta y las noticias se arremolinan, parecería que una trata de ocultar a la otra. Las respuestas de las autoridades federales han dado motivo a muchas sospechas, demasiadas sospechas, un montón de sospechas. Por ejemplo, ¿por qué no hubo una rotunda negación (con argumentos y documentos) a las afirmaciones del ciudadano mexicano de origen chino, Zhenli Ye Gon, en las que mencionó que Javier Lozano le había instigado a guardar los 250 millones de dólares (“encontrados” no hace muchos meses en una lujosa casa de la ciudad de México) bajo amenaza de “darle cuello”?, ¿por qué la PGR, en lugar de indagar e investigar, declaró inocente ipso facto al secretario de trabajo?, ¿por qué la mayoría de los medios de comunicación conceptuaron a Zhenli de loco sin haber indagado más, como correspondería a un verdadero periodista?

Pero no solamente la manera de reaccionar del gobierno federal ha provocado sospechas. También el ambiente nos hace pensar más allá de las declaraciones y reflexionar sobre la situación política actual: el recuerdo del fraude electoral y la fuerza que mostró el movimiento encabezado por López Obrador atrajo un nuevo elemento de inestabilidad en la administración calderonista y todo ello debía ser borrado, sacado de los medios de comunicación, enterrado.

De repente, sin más, aparece la noticia de los atentados, de las acciones guerrilleras, del Ejército Popular Revolucionario adjudicándose bombas después de cinco días de ser explotadas. Las sospechas son muchas sobre la veracidad de esta adjudicación. La madrugada del 5 de julio se dieron varias explosiones en ductos de PEMEX en Guanajuato. No hubo noticias ni se mencionó nada sobre la posibilidad de un ataque guerrillero. Nada. Se guardó silencio sepulcral. Y nuevamente, la madrugada del 10 de julio (cuando más arreciaba el escándalo sobre los millones de dólares y la relación de éstos con el PAN y la campaña de Felipe Calderón), se suceden más explosiones y apareció, raudamente, un comunicado del EPR diciendo que fueron ellos los que detonaron, los que provocaron el “atentado”.

¿No es extraña esta coincidencia de sucesos, de fechas, de escándalos, de noticias? No se puede negar la posibilidad de un ataque guerrillero que no está justificado de ningún modo pero que, en caso de ser cierto, mostraría la inconformidad hacia Felipe Calderón y su gobierno. Pero existe otra hipótesis, maquiavélica, sí, pero coincidente en fechas, en sucesos, en intereses y que explicaría las muchas inconsistencias: las explosiones son una cortina de humo a las declaraciones de Zhenli Ye Gon y a la fuerza que ha mostrado en estos últimos días el movimiento encabezado por López Obrador, además del coraje que, buena parte de la población, tiene hacia lo que consideran un fraude electoral.

Nada está escrito, nada se sabe. Lo único que se tienen son indicios, relaciones y muchas sospechas. Todo ello provocado por la manera en cómo suele actuar buena parte de la clase política mexicana. Continúan los misterios, pero poco a poco se sabrá la verdad y quedará bien establecido el maquiavelismo del gobierno federal panista o, en su caso, la total ineficacia del mismo.