domingo, mayo 06, 2007

Artículo La Jornada Jalisco, 06/05/2007

Carmen Castañeda, la historiadora

Jorge Gómez Naredo

Carmen Castañeda murió el viernes pasado después de una penosa enfermedad, contra la cual siempre luchó. Con ella se fueron conocimientos, enseñanzas, métodos, técnicas de investigación y una de las plumas más prolíficas de la historia regional. No miento si digo que la doctora Carmen fue la historiadora más importante y sagaz de la segunda mitad del siglo XX en el Occidente del país. Dejó a los jaliscienses más de media docena de trabajos sobre el pasado del Estado y coordinó varios trabajos colectivos: sus escritos hoy se leen, son revisados por los estudiantes de historia, por los historiadores y también por el público en general.

Pero no se puede comprender a cabalidad la labor que realizó Carmen Castañeda sin contextualizar su vida, su lucha por hacer de la historia en Jalisco una ciencia y una disciplina digna del mejor encomio. Estudió en la Normal de Jalisco y desde ese momento se interesó por la enseñanza. A lo largo de toda su trayectoria profesional pocos fueron los años en que no impartió cátedra. Después ingresó a la extinta Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara, donde obtuvo el título de maestra en historia. Partió a la ciudad de México para cursar en El Colegio de México el doctorado en Historia. Regresó a Guadalajara en 1974 y trabajó arduamente en tres áreas fundamentales para la labor histórica: el rescate y catalogación de fuentes; la investigación y la enseñanza de la historia. Fue directora de diversos archivos en la ciudad de Guadalajara, impartió clases y fue investigadora de varias instituciones, entre ellas El Colegio de Jalisco y el CIESAS-Occidente.

Cuando Carmen Castañeda regresó de la ciudad de México, la investigación histórica era poca y no se realizaba con métodos novedosos ni se abordaban temas que no fueran los netamente políticos. Ella ayudó a darle una nueva cara a la labor histórica en Jalisco. Sus libros muestran ese interés por abrir los campos de estudio de la historia a diversas temáticas. Entre sus trabajos más importantes se cuentan Prevención y readaptación social en México; La educación en Guadalajara durante la colonia; Vivir en Guadalajara: la ciudad y sus funciones; Violación, estupro y sexualidad; Historia social de la Universidad de Guadalajara; Imprenta, impresores y periódicos en Guadalajara, 1793-1811, y muchos más. Toda esta labor en investigación le permitió ganar infinidad de reconocimientos y ser, en el estado, la única investigadora con categoría SNI-III.

Sus intereses históricos nunca cedían y conforme avanzaba en sus investigaciones, se adentraba en diversas temáticas: pasó por la historia de la educación, de las mujeres, de las ciudades, de los círculos de poder civiles y eclesiásticos, del periodismo, de los lectores y de la imprenta. Siempre estaba al tanto de las investigaciones más novedosas en Estados Unidos y en Europa. Era una lectora voraz y sus charlas siempre fueron interesantes: aleccionaban al interlocutor: una mujer incansable tanto en su labor de investigación como en la educativa. Todos los historiadores de Guadalajara y buena parte de los de México tienen en Carmen Castañeda, sin duda, a un referente.

Hace poco, el 14 de marzo pasado, el Colegio de Jalisco le otorgó el reconocimiento de Maestra Emérita. Sin duda se lo merecía, una mujer que le dio su vida a la investigación, que hizo historia y que formó a decenas de historiadores. No cabe duda, Jalisco, la academia y la historia, extrañarán a Carmen Castañeda.