jueves, noviembre 02, 2006

Artículo sobre el quiosco tapatío en La Jornada Jalisco 2/11/2006

Espacios del pueblo y para el pueblo: el quiosco y la plaza

Jorge Gómez Naredo

La plaza es para el pueblo; los castillos y palacios para el gobierno, para los poderosos. No es lo que quisiéramos, pero es lo que hay. Lujo en la casa Jalisco, en el congreso (donde dicen algunos –pocos les creen– son representados los intereses de la sociedad), en las oficinas del gobernador, de los alcaldes, en fin, en todo lo que huela a gobierno (y más si es del panista-empresarial). En contraste, la voz de todos y para todos está en la plaza, las calles, donde caminan, sienten, viven y observan los ciudadanos.

¿Qué pasa cuando se viola esta lógica? ¿Qué sucede cuando se le escamotean los espacios públicos al pueblo, sus lugares de acción? En general las convenciones se siguen, pues a los gobernantes no les interesa ni les gusta mezclarse con los de abajo: su lugar no es la plaza, sino el castillo. En Guadalajara, en días pasados, la regla se violó. El quiosco de la plaza de armas fue tomado, secuestrado y robado por los gobernantes a través de su brazo represivo: los granaderos.

El quiosco tapatío, francés de finales de siglo XIX, no importa mucho: es un espacio pequeño. Sin embargo, lo que representa, su metáfora, es muy importante para el ideario de los ciudadanos. La plaza o el ágora es el lugar donde se manifestaron, se debe manifestar y se manifestarán las ideas de los muchos. El zócalo capitalino es el ejemplo: tierra de todos y de nadie, espacio de expresiones diversas, variopintas…, lugar de tolerancia; mítica plancha del pueblo; amplificador de las voces todas. Eso representan los zócalos, los centros, las plazas.

El gobierno panista ha cerrado el quiosco más para provocar que para resguardar una obra de arte (se caen los edificios históricos-artísticos y no hacen nada...). Y el pueblo lo entendió así cuando algunos manifestantes el 31 de octubre intentaron acceder al quiosco y la policía lo impidió: subir a la estructura, dejar un féretro y hacer un mitin, no es algo del otro mundo; sin embargo, ocupar un espacio del pueblo y para el pueblo, eso, señores, es hablar de cosas mayores.

Jalisco no ha evolucionado y se parece a 1968: las vías para manifestarse se cierran; en las calles las personas, todas temerosas, ven pasar a los manifestantes y se preguntan “¿qué hacen?” No entienden que alzar la voz no es un delito, sino una obligación de todo pueblo consciente y combativo. Las marchas del 30, 31 de octubre y la del 1 de noviembre (esta última en la que se encerró a los granaderos con papel de baño en protesta por su intolerancia del día anterior), han traído a Jalisco una esperanza: la manifestación y la organización son posibles en lugares donde la derecha, la iglesia y la intolerancia son la regla.

Un quiosco no es nada, pero la violación de los espacios del pueblo es una cuestión inadmisible. No cabe duda, los gobiernos panistas día a día, por su intolerancia e ineptitud, provocan y acumulan más resentimiento, que un día saldrá de control y se expresará con fuerza. La defensa del quiosco, por absurda que parezca, no es una lucha sin futuro. Defender los espacios públicos, los lugares para alzar la voz, para transmitir ideas y reflexionar, jamás será una causa perdida. Por eso, el pueblo de Jalisco debe aprender del oaxaqueño y exigir, sin ambages, que su quiosco, su centro, su plaza, sus espacios de voz y protesta le sean devueltos.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Estuvimos en la marcha de guada del martes 31 unos amigos y yo. Decían que ya tiene tiempo el kiosko tomado por "los cuicos", y de la nada empezamos a discutir el porqué lo hacen, uno decía que es un espacio simbólico, otra que se trata de represión social, otro decía que es por el momento que está pasando el país, otros decíamos que es el miedo a la gente; el punto es que estabamos discutiendo enfrente del kiosko, en una banca cualquiera; no nos habíamos metido al relajo por distintos miedos -unos a ser vistos, otros traíamos material en las mochilas para un altar, un compa traía una laptop, y eso es parte de que no planeamos marchar, pero también de que no vivimos sin miedo-, a mí me hace mucho ruido en la cabeza ver esto, que son años y años en que los jóvenes y más los chavos, los "ellos", tengan que pensársela frente a "los polis", porque en la piel llevamos la duda para ellos "será subversivo-rebelde [es decir delincuente cateable sin derechos?]" Manifestar conciencia es para temer.. frente a un pequeño kiosko lleno de gente con botas negras y cascos, y abajo otros tantos con mantas y carteles?

12:42 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home